.GLORIA
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/
Pero no vayamos
á
perder su buena
amist.ad,
y
hastá el agradecimiento que nos tiene..•.
-Pues mira tú, por eso del agradecimiento
le voy
á
meter el diente: esa es la hendidura
de su coraza, y por ahí, .por ahí. .•
~
.
D. Juan se echó
á
réir. Después llamó,
ásu
hija.
Gloria se había desayunado
á
la hora en
que los
p~j
aros salud"an el día, porque en
aquél tenía muchas
ocu.pa<?iones la señorita
de I.Jantigua y era preciso empezar pronto.
Cuando por el comedor pasó apresurada
como persona que trae muchos negocios entre
manos, .su pad'fe le dijo:
e
¿Te has olvidado del café' para ese caba–
llero?
-No, seflor. Se lo han subido ahora mismo.
. -¡Qué mal gusto tienen estos extranjeros
en no gustar del chocolatel---dijo el reverendo
D. Angel, arramblando lo que en el fondo
del canjilón quedaba.-Gloria, sobrina ,mía, \
acompáflame
á
dar una vuelta por el jar–
dín.~
Sedeno tomó un periódico que había llega..
do la noche anterior, y dirigió
á
él los vidrios
de sus anteojos, poniendo cara de gran im–
portancia.
e
Vea usted
á
dónde conduce la
irr~ligiosi
dad, Sr. D. Juan-dijo, dando un golpe con