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El santo proyecto de Su Ilustrísima.
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El, sol ' apareció seis veces. por encima del
galla~do"
pico de Monteluz, junto al mar; seis
veces se hundió tras de la cotera de Fronilde,
vistiendo de púrpura las'
~ontafías~
y"en la ca!"'
~a
de Lantigua no
o"cuFrí~
nada digno de ser
contado.
U
nicamen te ocuparon los ociosos ra·
tos .fervientes elogios de -la acción heróica de '
D.
Silvestre, comentándola quier por el lado
humano, quier por el divino,
y
poniéndola to–
dos en las mismas nubes como en realidad me·
recía; resultado portentoso, al decir de D. An:
gel, ·de la fe cristiana '
y
de la hercúlea consti–
tución Jísica que debía el gran Romero
á
la "
bondad de Dios.
La noticia corrió por toda la provincia que
tiene el honor sumo de sustentar 'en su risue–
fi~
suelo
á
la excelsa Ficóbriga,
y
llegó hasta
Madrid, llevando camino de pasar después
á
Londres, como en efecto pasó. Orgullosísimo
estaba D. Silvestre,
y
aquellos días tenía una
cara como el sol resplandeciente,
y
sin cesar