\-
138
B. PÉREZ GAI:.DÓS
.
I .'
f
/
que le llegue al alma. Sembraré, hijo. Si la si· .
miente cae en pedregales, no es culpa mía. Ha- .
bré cumplido con mi deber.
.
~Caerá
en pedregales,-afirmó D.Juan ·con- .
la sequedad del hombre acostumbrado á
ver
las malicias del mundo, .y
caÍlsa~o
de arrojar
simiente sobre él sin que naciera nada-.
-Pel'o figúrate que Dios le toca el corazón; _ ·
figúrate que un rayo 'de luz... Nada:
no
me
quedaré sin int'entarlo. .
-Perderás el -tiempo, querido hermano.
.'
-O no ... Ese caballero me ha demostrad'o
no ser un alma vulgar. Al contrario, posee un
entepdimiento privilegiado. " -
-¡Oh, eso sH ¡qué lástima!. ..
,
~
y
un gran corazón.
·~También.
"
'
-
~enemos
lo principal, 'el terreno.
-¿Y
las preocupaciones, y la costumbre,
Y
las ideas adquiridas ya,
es ' decir~
la mala hier·,
ba que ha echado raíces y todo
'lo
invade?
-Hombre, por ·Dios. ¡La hi'erbal. .• me)río
I
•
yo de la hierba. Nuestro Sefior Je'socristo
Il~S
enseiió el modolde arrancarla
y
echarla al fue–
go. Yo no desconfío hasta que
'10
pruebe.•.
¿Me permites que le proponga quedarse uno! ,
cuantos días más?
--Como quieras. Veremos qué tallo taJDL··