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B0
PÉREZ GALDÓS
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Olvidó mnchas cO,sas, pero
nO
la ingénita
aft..
cion
á
la caza.
.
"«Es u.n · vicio-decía;-pero un 'vicio de -
r&yes.~
I
D. Sqvestre era hombre vehemente y algo
«
testarudo. En el desempeí10 de cuanto
tomaba
á
su ca.rgo ponía siempre
mucho
'ardór. En
cierta ocasión le dió
por
revQcar Y componer
. .
I
la iglesia, y se hizo pintor, albatiil y arquitec- .
too Cllando le
escribier~n
para
qlÚ~
-trabajase
'Oll
l~
elecciones, realizó estupendas maravi–
llas. Su l'egular hacienda, 'el
pre~tigio
de que . .
. goz,aba en el pueblo, su carácter jovial
y
ca–
balleroso le .
h~cfan
único para aca.l1dillar
. 'hueste de electores
y
maugoneat' eficazmente
en
~'a
comarca. Ponía con tanto
ahinco
~u ,v~. luntad
y
su influencia
al
servicio 'de la causa
política,
que
durante fos azarosos días en que
\ los
fi(~obrjgenses
ejercitahan
~l
más importan.;
te de sus derechos, el
bl}-en
D. Silvestre no
pa–
·raba en el bosque, ni en la
playa,
n,
en la sa–
'cristía, ni en su.casa, sino q'ne, cual poseído
'del
,Demonio, ó enamorado, .corría
de
una par–
t e
á
otra
sin
t
descanso.
Viéraisle allí
emplear
doctamente ora la
astucia,
ora la
·amennz·a,
con éste
la
ruda coacción, con
aquél
,el--n;tali–
{fioBO soborno, y
de
este modo sometérles
tí
./
á
todos
á
su arbitl'io.