

II Congreso Nacional de Lectura
y
Escritura
defensivas de ambos lados. Nos proponemos la afirmaci6n
positiva de ambos modelos en una integraci6n que
fructifique sus cualidades especfficas.
Estamos convencidos de que los docentes (migrantes
digitales) tienen muy poco que ofrecer en operatividad
tecnol6gica a sus alumnos. Los nativos digitales aprenden,
exploran y sobrepasan las competencias operativas de todo
lo que la tecnologfa les ofrece. Es un hecho incuestionable.
Los maestros, entonces, se repliegan ante esta evidencia y
no han hallado la forma de incorporar a su quehacer
pedag6gico las posibilidades de la tecnologfa, sobre todo
si nos referimos a la red de redes. Las TICs son algo mas
que los tradicionales «materiales de enseiianza» y no
pueden ser comparadas con un rotafolio, laminas o un
proyector de imagenes. Ante este repliegue por parte de
los maestros o a esta insuficiente incorporaci6n de las TICs,
surge una generaci6n de nifios y j6venes dejados de la mano
conductora de la generaci6n adulta. Ellos tienen que
aprender, por sf mismos, el sentido que tienen las TICs en
sus vidas yen su aprendizaje. Parad6jicamente, somos los
adultos replegados quienes los hemos abandonado a su
suerte en este paradigma, los que luego criticamos que no
le den un sentido «productivo» a estas nuevas tecnologfas
de la informaci6n y la comunicaci6n. Una de las funciones
que ha cumplido la escuela desde siempre es dotar de
sentido a la actividad humana, sea en lo personal como en
lo colectivo.
Los docentes consideran que «cumplen» con este sentido
cuando piden monograffas basadas en informaci6n
obtenida en Internet. No es suficiente. lncluso, puede ser
contraproducente. El estudiante, en muchas ocasiones,
termina hacienda una monograffa en diez minutos pues es