RAUL PORRAS BARRENECHEA
A
mitod de/ siglo diez y nueve, se orriesgo a visitornos sir Clements Robert Markham. Le interesobo, confieso, «el lenguoje, lo literoturo,
y las ontigOedodes de los Incas», pero tombien Limo y las provincios, y el nueva y el vieja Peru, yen una de sus opuntes, esto estompo
de un puente calgonte sabre el rfa Apurfmoc. Editoda en Landres, 1856.
No obstante este amor de lo
extraordinario, de lo fabuloso
y
de lo anormal, la segunda parte
de la obra de Le6n Pinelo pue–
de considerarse
coma
un gran
comentario de la naturaleza
americana, no solo de la Ame–
rica Meridional sino de Mexic o
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y
America Centra l, hecha par
el mas minucioso erudito de la
epoc a , con la mayor diligencia
y la documentaci6n mas ex–
haustiva . Es en realidad un vas–
to tratado en el que la historia
natural no se ha separado aun
definitivamen te del mito,
y
una
enciclopedia entre cientffica y
maravillosa de las IndiosEspano–
las, en las albores del Siglo XVII.
El plan de la obra de Pinelo
no puede ser mas ambicioso: el
abarca capftulosque correspon–
derfan al etn6grafo, al historia -
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