Comerciantes como Salvatie–
rra y Velasquez solo representa–
ron a un tipo de actividades, las
del minorista
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ultimo interme–
diario, sin grandes capitales ni
pretensiones. Otros, en cambio,
aquellos grarides mercaderes
confundidos con la aristocra–
cia local, es probable que se
dedicaran en mayor escala a
este negocio, aunque el libro
constituyera para ellos algunas
veces solo un negocio adicional
y
suplementario. Este fue el caso
por ejemplo de Jose de Yrigo–
yen , miembro del Tribunal del
Consulado limeno y emparen–
tado con antiguas familias del
pafs. Yrigoyen que fue hombre
acaudalado y con ciertos arres–
tos literarios y artfsticos, import6
libros y parece haber sido uno
de los primeros que trajo al Pe–
ru para
SU
venta algunas de las
obras del padre Feijoo. A estos
libreros aristocraticos y eventua–
les perteneci6 tambien el padre
Diego Cisneros segun noticia de
Mendiburu. El propio palacio del
Virrey sirvi6 en cierta ocasi6n
para estos menesteres pues el
trances Pedro Gassot protegido
del Virrey Croix compraba libros
en Espana por intermedio de la
casa malaguena de Goyone–
che y de algun pariente suyo
Juan Bautista Gassot, residente
en Cadiz.
Las mejores bibliotecas lime–
nas no se constituyeron, sin em–
bargo, gracias a estas compras
locales indirectas en las tiendas
aquf avecindadas. Fuese por el
precio o por el retraso con que
las obras europeas eran trafdas
por sus importadores, nuestros
intelectuales prefirieron la com–
pra sobre plaza europea o es-
Joyas de la Biblioteca
BIBLIOTECAS PERUANAS DEL SIGLO XVIII
Mortinez Compofi6n, Boltosor Jaime, Arzobispo, 1735-1797.
Trujillo d el Peru.
Madrid,
1978- 1994. Edici6n focsimilor. Se propuso visitor su di6cesis,
y
en e//o empleo tres
ofios
(1782-1785)
y
se hizo ocompofiorde dibujontes
y
escribientes. De modo que tenemos uno
informoci6n gr6fico, sobre ospectos etnogr6ficos, bot6nicos, zoologicos,
y
un
registro de tro–
jes
y
costumbres de/ norte de/ Peru, de criollos, indios
y
negros, reolmente excepcionol.
panola , prescindiendo del in–
termediario. Algunos como el
marques de Valle Umbroso o el
limeno Jose Baqufjano pudieron
hacerlo por sf mismos durante
sus viajes a Europa. Otros acu–
dLendo a sus amistades y parien–
tes que viviesen en Espana o por
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