tipo de sociedad que queramos
fo~ar
dependerá del ideal de ser hwnano que nos
formemos. Y si no hay ciudadanos auténticos es porque no existe nna democracia
real, de la cual debe ser base y razón de ser.
EL CONFLICTO ENTRE DOS TIPOS DE INSTITUCIONES
Vivllnos tiempos difíciles, entre otras cosas, por la herencia que hemos recibido
luego de los veinte años de violencia política, autoritarismo y corrupción. Entre
las múltiples consecuencias que sufllinos hoy día, hay nna en la que deseo
detenerme porque tiene una relación directa con el programa educativo enarbolado
por E asadre, y es la reducción del espacio ciudadano, del demos, que llnplica,
además, nna minusvaloración de los propios individuos sobre sí mismos. En
otras palabras, no gozamos de nna ciudadanía plena, sino, por el contrario, de
nnamenoscabada e incompleta. Y constituir ciudadanos auténticos es el resultado
de la interacción entre lo cultural-educativo y lo político.
La
violencia política se desarrolló sobre dos tipos de instituciones: las «totales» y
las «voraces». Me explico. Según ErvingGoffman, (1961) las «instituciones totales»
son aquellas que confinan a las personas a nn espacio físico en el cual aprenden las
reglas, las normas, las pautas de comportamiento, y en donde no existe la
posibilidad de cuestionar; solo es posible la obediencia absoluta. Así se rigen
instituciones como, por ejemplo, los cuarteles, los conventos o los manicomios.
Por otra parte, Lewis A. Coser (1978) señala que, las «instituciones voraces» no
necesitan llnpedir la libertad locomotriz de los individuos, pues lo que procuran
es capturar sus ahnas y volnntades, como las religiones fundamentalistas y los
partidos de ideologías «duras».
En el conflicto armado desplegado en el Perú, desde 1980 hasta inicios de los
noventa (cuyas extensiones que annhoypercibllnos con zozobra) se enfrentaron
básicamente dos organizaciones: las Fuerzas Armadas y Sendero Luminoso. La
pllinera, representativa del tipo total
y,
la segunda, del voraz. Bajo este criterio,
pasa a nn segundo plano la discusión sobre si el grupo maoísta constituye o no
nn partido político, pues más importante es conocer las consecuencias que
generaron sus aco.ones.
Uno de los efectos más dramáticos de la violencia política es que, en medio de tal
enfrentamiento, los individuos, los ciudadanos, prácticamente desaparecieron
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