fecha en que inició la composición del ensayo- en ruinas. Estas ruinas las
analiza Basadre en la sección «Progresismo, Positivismo, Presentismo».
Primero: se ha esfumado la idea de rm «hombre razonable» que fue erigida
como rm arquetipo a principios del siglo XIX, y es objeto de revisión la idea
del progreso. Segundo: también se ha rechazado la tesis determinista de la
que se había nutrido el sociologismo positivista que le permitía justificar su
pesimismo -como el de González Prada. Y finalmente y en cuanto al
presentismo, las horas que vienen son tan graves -pensaba Basadre- que la
juventud habrá de rechazar tanto el escapismo como el utilitarismo
inmediatista.
<<Ante el problema de las
Elites»
es el tema de la sección siguiente -y en verdad
también de la subsiguiente que se titula «Más sobre las
Elites».
Es importante
según el autor rastrear el campo específicamente social en que surge el asrmto de
las
élites.
Un país no es sólo pueblo sino además sus
élites
dirigentes. Frente a
quienes piensan que están facultados para mandar por la tradición, o a los que
creen que lo pueden hacer con el látigo, o a quienes se disipan en la frivolidad, las
élites auténticas
comandan. Comandar no es sólo impartir órdenes sino preparar,
orientar, comprender las situaciones que han surgido, vivir con la conciencia del
propio destino común y sintiendo la fe de lo que puede y debe ser.
Basadre sostiene que el Incanato tuvo rma sociedad estratificada en la cual la
educación únicamente se dispensaba a los Incas y curacas, y donde la crítica era
inexistente. En la Colonia no hubo élites, sino sólo rma nobleza de sangre y de
funcionarios. Existieron consejeros criollos, es cierto, pero que, en muchísimas
oportunidades, no eran escuchados. La Emancipación muestra: primero, que no
se dió rm gran caudillo militar peruano; y segundo, que la nobleza no presidió
como grupo social orgánico el comienzo de la República peruana. Por último, en
la República encontramos que se ha producido rma desarticulación entre la masa
y la
élite:
ha primado rma visión adm:inistrativa y económica del país, dejándose
de lado rma visión humana que tenga en cuenta al hombre peruano. Sólo quienes
vincularon las tres actitudes -la visión adm:inistrativa, económica y la hwnana–
han echado las bases de rma auténtica
élite
nacional.
La
consecuencia de la ausencia de
élites
ha sido en la historia peruana republicana
el Estado empírico que no ha sabido afrontar los problemas económicos,
colectivos ni de otra índole. Entre nosotros no ha habido rma
rebelión de las masas
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