tra !aclaran eso, entonces el cho lo de Huancayo e má vivo y
le puede ganar al cholo cu queño. E as co a
e ven, pero es el
complejo del racismo. En un barrio como e e pareciera que
nadie quisiera e r cho lo, sobre todo lo
jóvenes, porque lo
adulto ya tenían u n ro l. Entre nosotros, una ge neración de
tránsito, la mayo ría no quería identificar e con lo cholo. C ho lo
eran lo otros, a quie ne ponían apodo de inca .
eñalar al
otro e de pojarte del pellejo para . blanquearte».
La
colonialidad de la mentalidade se manifie ta mucho
más en esta generaciones de trán ito, porque mi papá nunca
e
intió blanco ni nunca choleó.
iempre me dijo que éramos
de un barrio de indígena , de comuneros. Él me contaba la
hi to ria de u pueblo y de los mistis, de cómo ellos se llevaban
a u mamá para que atienda la casa de los eñores, sin pago, o
ino a vece el eñor se llevaba u ca rnerito, lo degollaba y e 1
comía, y si podía y quería le daba un poquito de plata o pan.
Tu e la suerte de que mi papá me dejó ser, nunca me impu o
nada, ni una carrera, ni me dijo que debía hacer así o a á.
Allí en Planeta hago unos amigos anca hin os, que
celeb raba n sus fie ta con mú ica de Pa torita Hu araci na,
Jilguero del Hua ca rán . Es ahí donde me gu ta e ta mú ica y
empiezo a ir a la pre entaciones en lo coli eos, cerca de la
plaza 2 de Mayo. H abía un patita de arpa, el
Chato
Flo re ,
un canteño. Una maravill a. E a fue la primera vez que e cuché
arpa. En e a época había tres cantante fabulo os: en el norte
el Jilguero del Hua carán, en el centro el Picaflor de lo Ande
y en el ur
el
Embajador de Quiquijana. Eso eran e trellas,
ah í es donde e cuché esos compa e que ahora están de moda ,
muy pecu liares, porque en mi tierra e e cuchan ritmo más
de lamento. Fue un amor muy fuerte con la música. Y conocí
también la lectu ras grata , eso creo que e clave. De los chicos
q ue eran palomillas, me tra lado a otra ca lle en el mi mo
Planeta por el fútbol. Entonce
jugaba má
meno bien" y
me jalaron. Ahí conozco alguno amigos: tre o cuatro pata
que gu taban de la lectura. A lo 1 año formamo un grupo
y creamos luego una biblioteca popular, que ahora ya es toda
una biblioteca. Hicimo diario , afiche , boletines. E to era
otro mundo en medio del bullid , el frene i, la palomillada .
En ese barrio había que er acha rado. Fue la primera vez
que vi que en una pelea te pateaban en el uelo. En San l idro,
i te caía te daban tiempo para que te par
. En Planeta era la
mechadera, la upervivencia, el todo ale. Eso cambió ba tante
mi percepció n de la cosas, en relació n con un mundo muy
particu lar, muy vio lento, pero también con co as bacanes.
Encontré algo bien trome, que no había vi to antes: conozco
un mundo de peligro. Mi generación e ra carne de cañón, yo
fui el único que no fue a la cárcel. Lo chico cuando salen del
penal de Lurigancho a veces m
llaman y, cuando me pre entan,
dicen: •Este e el único pata que no ha estado en
cana,
todos
lo demá nos hemo
jodido». El té rmin del achorado es el
que no es el quedado, aquel que abe arreglar u cosa , el
V
ISlONES DE LA MODERNIDAD DESDE LO CHOLO
abuela
y
se puede apreciar que
María
se sen
ría
querida por ella. Para M aria
estos fueron momentos de felicidad
y
asocia este
senrimiento con
la estadía
en
su pueblo. Inclusive afirma que
cuando su abuela
vivía,
pudo estudiar.
Pero
todo
se derrumbó citando su
abuela murió,
este
fue el
momento
de
ruptura. No
pudo
terminar
de estudiar
y
fue
el
inicio
de su declive; tuvo que
migrar a Lima y
no
le fue del
codo
bien.
pp. 98-99
c)
~Ya
m e aco
tumbré. El
rercer
ripo
de macro
narración
es la de aquellos
que se han adaptado y «acos tum–
brado» a Lima.
Este
grupo de
entre–
vis tados se caracteriza por haber
asimilado y haber hecho una
síntesis
entre su pasado y su presente, aunque
no
hayan logrado cumplir, en muchos
casos, sus expectarivas en
Lima.
El
yo
no
se
encu entra
dividido
entre
el
momento
presente y sus vivencias
pasadas, hay, por lo
tanto,
una cierta
conrinuidad en
la
consrirución
del yo.
La
m igración
no
supone una rupwra,
sólo un
momento
(que pudo ser difícil).
La
migración no
ha sido vivenciada
como
un
trauma profundo,
como
pudo
haber sucedido
en
los otros casos.
En
esre
ripo de narración, los entrevis–
tados suelen expresar que
en Lima
se
encuentran mejor que cuando vivían
en
sus pueblos. Estos
migrances
se
caracterizan por ser maleables
en
su
adaptación a diferentes ámbitos.
p.105
Q UEVEDO STUVA , MARÍA INÉS.
Identidad
entre
los migran1es. El caso de
migrantes residentes
en
una
~ona
popular de
Lima
Mecropolicana. Lima, s/e,
2007.
_J
91