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él empezó a hablar d

le época de la República en España, el

c nflicto on el otro bando que era

fa

cista

religio o . Alguna

broma hicimo ,

te hombre e pu o hi térico, e arr dilló y

empezó a decir co a c mo: «Per ló nenlos, a e tos comuni ta '"

y qué e y .

Lo

que pa

es que un día antes d e que llegara a la

d a e habíamo dibujad cinco columna ,

a una le pu imo su

ombrero. Estuvimo

u pendid

durante do

emana .

Cuand

no botaron de la e cuela, tu imo conflicto con

la familia, no fuimo a una haciendita qu

e taba cerca al

u co y hacíamo

juego prohibid s. H ab ía

apito e n e a

época, cualquier cantidad de apito . E hicimo

toda la pa ió n

d Cri to, a un apito lo crucificamo

n la m ntaña, carajo.

Hicimo

toda la repre entaci · n, algo urrealista.

En e e Cu co, cuando estábamo en el colegio, a la

iete y

media de la noche llegaba el tren de Puno, y ya e taba n lo

canillitas voceando

La Razón,

de La Paz; El

D iario,

de

Montevideo;

La

Razón

y

La

Nación,

de Bueno Aire .

o o tro

n

hemo formado a tra é de e o medio , donde se valo raba

realmente nue tra cultura andina. Pu

el diario

El

Comercio

de Lima, seguramente tendría cien u cripto r

, que recibían

u peri ódico e n

einte día , p rque tenían que ll e a rl o a

Moliendo en barco, de ahí en tren , ha ta que llegaba.

e

leía la pren a d e Lima, e leía la pren a de Argentina. De

a

manera leímo

la histo ria de lo último ac ntecimientos del

mundo, la

egunda Guerra Mundial.

Cuando Llego a Lima luego a e tudiar en Bella Arte , e taba

uárez-Vertiz como dire tor. P ro había aria corrient

, como

la de Ugarce El · puru y la de Ricardo Grau, que hablaba de

una pintura uni e r al, contradi to ria a la

o rrient

que hub

en las ép ca ante rio r

en la pintura, como

el

indigeni mo d

abooa l.

Es

el momento en que entram

a la e cuela, ahí

tuve compañer s como Alberto Quintanilla, co n qu ien

eguimo

curso de re tauraci · n , de pu é

del terremoto

ganamo una beca con el profe or Tellaeche, un re taurador

del mu eo Louvre.

Para mí , lo má importante que o urrió en e e tra nscu r o a

Lima fue tomar contacto c n Rodo lfo Milla, un pe rsonaje

increíble, y con Mo reno Jimenet, que era un urreali ta, él e

declaraba a

í.

Fue una experiencia extraordinaria. Fui participe

de un ac ntecimi nto tremendo qu

currió acá. En la épo a

de Odría, en una ociedad muy pacata, dio una c nferencia

en el Teatro Municipal un importante per o naje del Opu

Dei de E paña, e hizo tambi én un aconteci miento cu ltural,

había un coro, una

rque ta de mú ico . Y Rodo lfo Milla

o rganizó

el

primer act

urreali ta acá en el Perú: fue infiltrar e

en la

ga le rí a , un comando urrea li ta, po rque e taba

uperprotegido el teatro, estaban embajadores, y t da la parte

oficial. Y e lle aron hostia , que fu er n arr jada a la p latea,

y en la ho tia decía: «Dio ha muere •. E o generó un

e cánda lo trem e nd o,

e produjo pánico,

e fru tró la

con ferenc ia. Los diari o de Lima anunciaron e to como un

hecho inc mpren ible, inédito.

VISIO

D

U\

MODERNIDAD DESD LO OiOLO

-reza el

texto-

tengan particular atención

al buen

cracamienro

de los caciques y

demás indios, así en palabras como

en

obras, procurando castigar con ejemplo y

no llamándoles peros

ni

otros nombres con

q1te los afrentan».

p.

27

VARALLANOS, JOSÉ.

El cholo

y

el Perú.

Introducción al estud io sociológico de un

hombre un pueblo me tiw

y

u destino

cu ltural.

Buenos Aires, Imprenta

Lópe~,

1962.

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