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Por lo <lemas, si el Gobierno
CITÓ
en tnles conccsioucs;
si pudo o no pudo lwccr1as; si en cllils
folt ú
a alguna lci o
c¿msó algunos 1)crju!cios a la
N<1cion,
J<I
se ha dicho que
él responda tinte la
n;tcion
J
anle
la lci. Sobre
nosotros
no c.uga
tlll
responsabilidad.
Léjos d e esto, nos
;1sislc
el
tlcrccho incuestionable de
l'cdamar
el
c xtld o
cu1nplimie11-
lo de lo que el Gobierno contrató con nosotros a
1101nbrn
de la uacion, sobre la <1uc
pesadn
en todo tiempo las
obligaciones
<fUC
su
Representante,
su
Jefe Sup remo
~·
su
Mandatario
leg;il conlri1jo en nuestro foror.
Si el Gobierno o
Ja
naciou
ttpopdos
en su pod er dcsco–
uoccn tales ohligaciones, justo será que advícrl<m , L º «que
lwi
malus
cjc rnplos
•1uc
son
peores
que
los
rnn _yo r<•s
crí1nc–
nes,
J
que aunque los
de
nwla
fé
uo se
rcpílan todos
los
1lias,
una
YCZ
dados,
s us fun estas consecue ncias son 1lc
lar–
ga durncion )' de mui difí cil remedio. 2.'' que
lot1a
injus–
ticia casi
siempre
se
estrella conlra
el
mismo
poder
que
la cornelc, o
<ti
fin
rclro\i crle
ni punto de su
p:1 rlid;1 .
3 .º
que el pode r )' sus acciones soa lraasitorias,
,v
In justi cia
e .; elc nu1, es
innnrt.<1hlc. ,1 ..
0
4¡ue
todo podt r
eje rcido
sin
limites,
pronto
se
dcsmoroua
por fall a de regla cie rt a , d<'
freno~·
cslí1nulo en sus
oper;1cioacs .
5 .
0
)'
último ,
<JUC
1<1
justicia
agraviada)' oprin1ida janlc'.ls
re11uncia
sus
d e rechos ,
y
que por
la
procnracion
del
tiemp!J ,
del
di<1 di:!
uwfüma,
de la
historia
y
de
la fortuna que dirije
los <u.:oniccimicn–
los ,
ella
;1pc la ante
el
se ve ro lrilrn1wl
de la opi11ion )'
(L~
b posteridad .
Cuando el podel' ha
dmlo
la
scüJI de la persccucion o ha
IC111zado
la
prim<' rél pi crlrn contra la
yídim<•,
todo lo que