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t»'oplédad siete idiomas
á
saber: latín, caste1la•
no, mexicano, portugués, griego, francés
y
que·
chua, lo. dulce lengua nativa, pla.nteo.ndo y de•
fendiendo las más aiffoiles cuestiones de la di·
Tina Ciencia.1
La
06.tedra de Artes y Teologia. del Seminario
1e brind6 muy luego
Rus
bancos de enseñanza. y
al11
escribió
y
puplic6 su obra dé L6GioA, en la·
tfn
y
cast~llano,
cuya importancia despert6
la
emulación
y
la
envidia en varios de
su~
con–
temporineos que trataron de deprimirlo. Pero,
como el tranquilo caudal que
resbalo.enprofun·
do
lllveo
prosiguió Espinosa Medrano
el
curso
que el deber
y
la
vocación señalaban á su talento
oultivado.
Consagra.doá.
sus estudios esper6 el
tiempo que iba
á
darle la edad suficiente patl\
las 6rdenes
sagradas,
que, en efecto, octuvo
graduándose en seguida de doctor en la Uni·
versidad de San Ignacio de Loyola. del Cuzco,
ese
antiguo foco de ilustraci6n y saber donde,
~omo
á
los claustros salmantinos, acudia.n las
notabilidades del Peru
e~
demanda de
la
orla
doctoral. En ésta la recibió también don Fran·
éisco de
P
1
Vigil, oomo
~a
lo
hemos dicho
otra
Tez,