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III
El ilustri<iimo obispo don Antonio de
la.Raya.,
al
fundar el colegio de Guamanga
y
el Semina·
río de
San
Antonio Abad en el Cuzco, cre6 becas
gratuitas para los hijos de indios
y
una de ellas
cupo
á.
Juan, por intermedio del cura de Molle.
bamba, llegando al Cuzco en calidad de sir–
viente.
En el cerebro de aquel niño dormía el genio
que en hora dada. debía deapertar
y
cual llam1
eléctrica inflamarse, al roce de los estudios, pa–
ra alumbrar primero los claustros escolares que
honró; después, la cátedra del profesorado que
enriqueció 990 su ciencia¡ el coro magistral liJUe
dignificé con sus virtudes¡
la.
cátedra sagrada
donde su palabra potente predicó
la
verdad
evangélica; la cumbre de la montaña sacra don–
de su lira de poeta entonó cánticos liricos de
sublime armonia¡
y
por fin, el modesto retrete ·
del hombre de letras, templo augusto dopde se
escribe el li\)ro con la s11.viª
d~
la propia
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tencia.
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