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~1-
Así e.caba·
el
canto
á
la Religi6n
y
é.
la Cruz
el sublime poeta que en su lengua nativa com·
puso el idilio de las almas tristes alegradas por
los efluvios de la religión.
¡Cuánta pérdida para la!:> letras nacionales el
no conservarse sino pequeñisimos fragmento11/ r
!I
de aquellas obras inmortales, como el "0/an·
«
tay" cuya. interpretación preocupa
á
varios pe·
ruanos estudiosos! (1}.
La elevación de concepto, la viveza de imá–
genes locales
y
el clasicismo en el idioma nati–
vo, dotes que sobre,alen en las poesias de Es–
pinosa Medrano, deja.rian, no lo dudamos, sa·
parece algo alterada por la forma, pero el clasicismo del
idiomn se consen•a suhlime.
Sigue en murmurio, anoyo cristalino,
tu curso ameno; •
y
refrigere tu dulzor divino
mi arJiente seno.
Bajo
tu
sombra acoje, flrbol frondoso,
fl
un
pecad.or;líbramc del iuflujo :iernicioso
del tent-Odo1r.
(1) banabute
y
Unanue,
facheco
Zegarra,
Paeheeo
~Bernardino¡, Barr~nca, ~arrasco
1
Patrón:
ZaraTia
y
otros,