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·xx~

PROLOG

O.

·nes donde la

luz

de

las ciencias no ha· .penetra~

,do. No ·ha mucho tiempo · que los pueblos todavía

tenian sus adivinos ,

y

los príncipes sus astrólogos.

Catalina de Médicis , poseida de este error. ,

mant""

cló levrantar la torre del,.palacio de Soisons, para ir

á

interrogar

á

Jos astros;· que · los malvados especial–

-mente

SO!]

ansiosos de saber lo ,por venir ,.

y

los

, -remordimientos de su conciencia son una especie de

Astrología que

les

quita

el (

sosiego. La muerte

de

HenrJg_ue Quarto , ya antes ya despues de este des-–

.-graciado suceso ,

6

quién podra creer qu-e el celebre

Domingo Casini del estudio de

la

Astrología pasó

al

.de

la

·Astronomía

'?

No tardó en de·sengañarse ,

y

.con la

luz

que

sus

tra1?ajos a r rojaron desengañó

á

su

siglo.

El

conocimiento reflex1-onado del movimiento

.4

de

los

cuerpos celestes ha abi~rto los ojos de to-

dos. La distancia muy averiguada

de

_los astros

ha

.probado que están

á

mu<::ha distancia para que sus

influx-os alcancen hasta nuestro globo. Hay todavía

mas : estos

cuerpos que , por el. movimiento diurno ...

.de

la

tierra , parece que dan cada dia

la ·

vuelta

al rededor · de nosotros , no pueden men¿s de

obrar /'

'-

cada dia de

un

mismo modo.

Son ,

pues ,

inútiles

para

explicar

ó

pronosticar las variedades de

los

~genios , de las pasiones

y

de

los

destinos. Se ha cQtt·

nocido que

sus

aspectos ; sus encuentros determina-

/

dos.

desde

el principio

del mundo por i-novi1nientos

r

, in-