XXII
PROLOGO.
muro. Este· instrumento ,
y -
sobre todo el hilo su–
til
que atraviesa_ verticalmente _la abertura d@l an:..
teojo , r~present-a el meridiano , anteojos . de to–
-dos tamaños ' de p(:)tencias" diferentes están despar–
t"amados
y
colgados. Cerca del
I
observador están
las .péndolas ; con la vista sigue el movimie_ntó
tle -las manos , con el oído percibe el mov1m1en–
·to
del escape á cada - vibracion.
Aquí
está en pie
el
astrónomo , atento á todos los fenómenos ; vie.;.
ne
á
ser como el centro del mundo , el cielo dá
·1a
vuelta .alrededor
dé
él ,
y
la naturaleza se po-
ne en movimiento para manifestarse
á
su. vista.
.Vamos á observarle
á
él mismo , seguiremos , pin..
taremos sus bperaciones ; deseamos
que
los mozos
~que se dedican
á
la Astronomía hallen aquí la pin.,_
-tura de sus obligaciones
y
el uso que han de
ha–
cer de sus de_1velos ; los que no se dedican
á
es-
ta
ciencia , mejor informados , dexarán
de ,
espan–
.tarse ,
y
empezarán
á
dar crédito
á
las respuestas
~e
la
naturaleza , ~espues
de
formar , juicio del mo–
do de interrogar
la.
,, El
que entra ·en este santuario , debe estar
todo entregéldo al servicio de
U
rania.
Esta
es
1a .
diosa cuyo sacerdote es ,
y
cuyos oráculos mani–
fiesta ; 'pero e~tos oráculos los logr~ , se los ar–
ranca con su eficacia ;
no
tiene descanso
:,;sino
los
dia~ sombríos
y
tristes , los ·instantes en ..
q_ue la n~---
tu-
/