XVI
PROLOG
O.
el
recinto
q.é
_sus conocimientos , quienes
desespera
4
ron de poder ,explicar , ni siquiera conocer los fenó–
·rnenos , si ., como digo , esos hombres , tan, acreedo.:.
res
tí,
nuestra g-ratitud ' volviesen hoy dia al mundo~
quan atónitos no se quedarian al ver como su posteri.,
• ·
(!,ad ha
desenred~do . este caos ,
y .,
por·_
decirlo
así;
se
h~
enseñoreado del sistema del universo
! ¡
Quan•
tos hombres extraordinarios desconocidos hoy
dia -h ari_
cooperado
á
estos progresos! Pero no .son
l?~
prime-
_
t?s
inventores los mas celebrados _;
la
ignorancia dis- . .
·. ·
fruta
y
no aprecia. Los inventos ú t iles ,
del
·mis-f!lO
_
rnodo que las semillas de los vegetab,les. ' cr~ceri
y
,·:.
\_
_maduran sin ruido ; los
f
n ;1tos s7 c~g~n siµ tTábajo~ . .. ·_
· y
el vulgo goza de unos
y
otros s1;11 informarse -c~,
·
m·o
ni · de donde vieri~n ,
y
sin
figurarse lo que _han
costado.
,, Hemos
puesto
en · la cla:se
de
los inventos
útiles.
I_os inventos ~e la Astronomía ,
y
los h~mbres
ilus–
trados
á
buen segQ~o no preguntarán si con efecto esta
<;iencia es útil.
Pero
són tantos los
que
todavía -están
pe.rsuadidos
á
que las
ciencias ,
y
esta
especialmen–
te
'
·no
so'n
.mas
que .
un as~nto
de
mera
curiosidad; ..
q?e
tenemos por
oportuno
_especificar
aquí
menuda-.
. me11te
los
beneficios que .
se les
siguen
á
los hom–
bres
de la práctica
y
del est_udio de la Astro_n9mí~.
Proporciona
des4e
luego
la
misma
utilidad que
las·· ·
ciencias
en
g~ner~l ,
i~ustra al
_siglo ,
y
perficiona
el