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LA CONJURACION
P<f!/º
f ue etnbiado a la guerra de mar contra los pira–
tas
fº_,
y luego contra Jl!Iitridates
f':
decCf!IO el poder de
la plebe_, y se awnento el de algunos particulares. E s–
tos obtenian los 1nagistrados
_,
los goviernosy los demas
empleos : estos vivían impunemente y
sin cuidado en
1nedio de la prosperidad_, amedrentando a los demas
con los castigos
_,
a fin de que no abusasen del T ribu–
nado para irritar la plebe. Pero a la menor esperanza
que huvo de novedades : bolvio la antigua contienda a
pone1" en arma aquellos animas. Y a la verdad si Cati–
lina huviera quedado vencedor, o a lo menos 120 venci–
do en la pritnera batalla : sin duda alguna huviera so–
brevenido gran trabajo y calamidad a la R epitblica;
ni los vencedores mismos pudieran gozar por mucho
tiempo de la victoria : porque hallandose ya debilita–
dosy rendidos,, qualqitiera otro 1nas poderoso les hu–
viera quitado de las manos el Imperio y
la libertad.
Pero lzuvo nutchos ,, que aunque no eran de la c01yºura–
cion
_,
flteron desde el principio a unirse con Catilina.
Uno de ellos fite Fulvio,, hgo de r;;:enad.01' , a quien ha-
tentionis erat : utrique victoriam
crudeliter exercebant. Sed , post–
quam Cn. Pompeius ad bellum ma–
ririmum , arque Mirhridaticum mi–
ssus esr ; plebis opes
imrninut~ ;
pau–
corum potentia crevit. hi magistra–
tus , provincias , aliaque omnia te–
nere : ipsi innoxii , florentes , sine
meru
~tatem
agere , ceterosque ju–
diciis terrere , quo plebem in ma–
gisrratu placidius
tractarent. Sed
ubi primum dubiis rebus novandi
spes oblata est , vetus certamen
animos eorum arrexir. quod si pri–
mo prodio Catilina superior , aut
~qua
manu disces isset ; profecto
magna clades
, arque
calamitas
remp. oppressisset ; neque illis , qui
victoriam adepti forent , diutius ea
uti Ji ui et ; quin defessis et ex–
sanguibus , qui plus posset , impe–
rium arque libertatem extorquerer.
Fuere tamen extra conjurationem
complures , qui ad Catilinam ini.-