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DE LA LENGUA
, de las medallas , el qual era tambien Dei–
' dad tutelar de este Pueblo, como de otras
,~iudades
de_España. Y poco despues pro–
, sigue
(a}:
S1
se le suple un
'Tau
a la pala-
bra
Bahal,
se puede leer:
He Baba/a/ Ka–
'
naca
,
esto es :
el
Seíiorio
o
Govierno de Ca–
:
naca;
expresion, que equivale a Ia: que
, despues usaron los Pueblos de Espana en
, las medallas Latinas ,
don.d~ ~e
encuen–
' tran los nombres de
Munwp10, Coloma,
Decuriones , Ediler, D uumviros,
que deno–
' taban en todo o en parte el
Señorio , Go–
:
vierno,
o
.//y1111ta111iento
de
la Ciudad, a
,que pertenecían las medallas.
,
M. Rhenferd (prosigue)
aunque leyo
,el nombre de
Cana~a
en algunas de estas
, medallas , las explica de otro modo, pre–
' tendiendo leer en las primeras letras THI–
, BHAL KANAKA; esto es:
El damma–
, ra en Canaca,
y entendiendo aqui al Sol.
, Este modo
(concluye}
de leer las inscrip–
' ciones Fenicias , sobre que
M. Rhenferd
, funda la mayor parte de sus congeturas,
, no me parece el mas solido.
Pasa despues
(
b)
a hablar de la mone–
da del numero 6. que pone en su T abla
XVIII.
tambien al sexto numero; y de ella
dice: La
proa de lt1 na·ve
denota , que esta
, Ciudad era marítima, y considerable por
,el
comercio. Hasta aqui el
Señor Velazquez.
En las monedas del numero
primero
y
segundo
la primera letra desde la derecha a
la izquierda es un l'.l
Man
Hebreo ; la se–
gunda un
!)
Phe
;
la tercera, un JJ
Hain;
la quarta, un?
Lamed;
la quinta un
p
Koph;
la sexta un
l
Nun
;
la septima otro p
Koph:
que unidas forman dos dicciones , la· pri–
mera de quatro letras, y la segunda de tres;
y
son
plp
?JJ!:ll'.l : las quales deben leerse:
111iphal Kanak
;
y significan :
obra , f abrica
( esto es
moneda) de Kanak
o
Kanaka.
La voz ?JJ!l
pahál
saben todos , que en
Latín vale:
operatus es/;
y con la sen•il pre–
positiva l'.l
M em,
forma su v'rbal ?JJ!lD
mi–
phal,
que vale tanto como :
obra, opus.
En
el Psalmo 46.
y.
9 :
óllól'
rn?JJ!ll'.l
lln
JJ?:
lecú, chazú miphalóth .//donai: venite
,
vide/e
opera Domini;
y con la misma palabra se re–
pite en el Psalmo 66.
-ji.
5. y este es todo el
secreto de estas monedas en que tanto se han
fatigado muchos hombres grandes , creyen-
do que hallarían el Vellocino.
Parturiwzt
montes.
Al fin si los venideros quieren creer–
me , no se cansarán
ya
mas ;
y
este puede
ser el
opera: pretium ,
o el fruto de mi tra–
bajo.
En las monedas de los numeros siguien–
tes se lee solo el nombre de
pip
Kanah;
y
no hai que buscar mas.
Las tres letras de la moneda del nume–
ro 6. no estan muí claras en la original,
aunque parecen las mismas que en las an–
tecedentes ; y con ellas la copia el
Señor Ve–
lazquez (c};
por cuya razon la he puesto
aquí , no ob tante el distinto reverso de
la
nave,
cuya nocion o atributo pudo muí
bien convenir a esta Ciudad : pues aun–
que no estaba en la misma costa , dista–
ba poco de ella ( y tal vez. se retiraría des–
pues el mar , como vemos que ha suce–
dido en otras partes ) ;
y
porque estaba
a la orilla del río Guadiana, el qua! ayu–
dado del Ruxo y reRuxo , podría ser nave–
gable hasta ella ; como lo era por la mis–
ma razon el Betis , del qua! dice Estrabon
(d}
que se navegaba por espacio de cerca
de quinientos estadios con
ureas,
o
naves
grandes de carga ,
0Mau111
á~10AÓ;o1~ ,
hasta Se–
villa , a la qua! llama por esto famosa Si–
lio
(e}:
./Ít celebre Oceano , a/que
alternis restibus
H ispa!.
La otra utilidad de la leyenda y cono–
cimiento de
~tas
monedas es , que nos
dan algunas letras para ir formando el al–
fabeto Betico-Fei:iicio ;
y
que confirman la
asercion de Ptolemeo en su descripcion de
España : pues tal vez el colocar a
Canaca
donde se ha dicho , no tendra otro apoyo
en toda la Antiguedad; de suerte que qual–
quiera que observase
el
silencio del resto
de los Historiadores
y
G eografos ,
y
espe–
cialmente el de Pomponio Mela (de quien
yo no me detengo en indagar la razon que
para ello tuvo) : tal vez llegaría a sospe–
char que o bien se huviese Ptolemeo equi–
vocado , o que en sus copias se huviese
alterado , desfigurado , o mudado ente–
ramente el nombre de esta Ciudad , cuya
existencia
y
situacion se confirma maravi...
llosamente con las monedas que se han
explicado.
(a)
Pag. 157.
(b)
Pag. qS.
(<)
Tab. XVlll. num. 6,
(d)
Lib. 3. pag. 14>.
(<)
Lib. 3.
V•
391,