D E LOS FENICES.
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en
n
Thau,
letra de suyo aspirada,
CO•
munica y pega , por decirlo así , su aspi–
racion a la letra que se la sigue ; y de te•
nue o lene
N
Aleph ,
la muda en la aspi–
rada
;i
He;
cuyo exemplar confirma ma–
ravillosamente lo que en la explicacion de
la moneda de Sidon se dixo acerca de esta
mudanza de las letras tenues en aspiradas,
y al contrario , segun es la letra que se les
sigue ; y lo que se añadio semejante de la
Ortografia de los Griegos.
Pudiera yo tratar aqui de otras monedas
que se creen Betico-Fenicia. , y en mi juicio
están mui lejos de ello , aunque sean de
Pueblos de la Turdetania; y especialmente
trataría de la que se conoce por este typo,
la que despues de
M. Rhmferd
,
y el
Se–
ñor f/elazquez
tento a leer y explicar
M.
Barthelemy
en su Carca al M arques Oli–
vieri ;
y
despues de varias combinaciones
que hace de sus
qua_::o_lctr~s
1
concluye al
fin asi (P. 42.) , D e ces operations diverses
,resultent plusieurs explications. Par exem–
' ple en prenant la seconde lettre pour un
,
Lamed
,
et la troisieme pour un
Beth
,
il
, auroit le nom d'
!lipa
,
ville de la Beti–
, que, et c' est a mon
avis
la
le~on
la
, pius probable. Si la secondc est un
un,
, et la troisieme un
Beth
,
il auroit celui d'
,
Onuba
,
autre ville de la meme Province.
, Si la second! est un
L amed ,
et la troisie–
' me un
Nwz
,
il aura Je nom d'
Atona,
, ville peu eloignée de la Betique.
Trataría digo con gusto de esta mone–
da, y propondría tal vez algunas razones y
congeturas que se acercasen mas , o que
faci litasen su verdadera leyenda y explica–
cion ; a lo menos mas precisas y determi–
nadas que lo que se ha dicho hasta aqui;
pero para ello seria necesario destruir antes
los fundamentos , y aparato en que estos
A utores se han apoyado para sus interpre.
taciones y leyenda , lo que seria obra mui
larga. T al
ve-¿
hablare de ello en otra
ocasion. Ahora por conclusion de este E s–
crito me parece mejor poner una pcqueña
T abla de los Alfabetos
Fenicio puro: Car–
taginesu
o
Siculo-Fmicio ;
y
Bastulo-Brtico–
Fenicio
que r,esultan de
las monedas de
que en él se ha
tratado
, cotejandolos
con el Hebreo , a que se juntaran las
letras de Ja inscripcio11 Fenicia de M alta,
con que se puede ayudar el Alfabeto de
este idioma.
*
.ADI C IO N.
Y
A estaba mui adelantada la impresion
de este Escrito , quando llego a mis
manos
la moneda del Chantre de T eruel,
de que hable en el principio , tratando de
las
Fenicias proprias
;
y a la verdad no crci
hablar mas de ella por ahora ; pero el
haverla visto y cotejado con otras mone–
das me ha dado alguna 1uz para expli–
car su leyenda , o para congeturar de nue–
vo
acerca del Pueblo , o Ciudad a que de–
be atribuirse ; como tanibien acerca de
las otras dos , de que antes se dudo , si
eran de Cartago , o Siculo-Fenicias ; y
que
M. Barthelemy
atribuyo a
Palenno
,
M
Swinthon
a
Mena
;
y yo sospeche que po–
dian ser de
H eraclea
,
o
H eraclea-Minoa.
Dirc sucintamente la historia.
Como quando trate de las monedas Fe–
nicias proprias
no
tenia presente la de
que
voi
a hablar, ni me acordaba sino de
su inscripcion: puse alli solamente quatro
letras de ella, que son estas
fir-qt
;
ni
havia hasta entonces sospechado que fal–
táse alguna, por parecerme que estaba en–
tera. Pero haviendome traido despues , con
ocasion de este Escrito , la Coleccion de
M. Pellerin ,
halle en su tercer Tomo lam.
LXXXVII!. n. 6. entre las monedas de
la Africa Z eugitana o Cartaginesa , un me–
dallon de plata , en cuya haz se vee una
cabeza de
mu~er
coronada de espigas , y
con una especie de hoja que sale de la mis-