Discurso II.
se prohibia llamar
a
SU
casa los Cantores
a
con–
tra voz ,
o
conrra punto , que esto es lo que
quiere decir el nombre griego Antffona ,
o
ha–
cerlo con su siervo para evitar la indecencia
consiguiente
a
este acto. Por la misma razon
se prohibe no solo el canto , sino aun la lec–
tura del Lucernario, mandando se lea solo en
la
Iglesia ,
o
estando en la aldea , 6 casa de
campo solo delante el Obispo, Presbitero ,
o
Diacono. Siendo el Lucernario un Oficio noc–
turno , leyendose en la Iglesia
a
luces encendi–
das , se evitaban las sospechas que en las domes–
ticas juntas se temian. Este Oficio Lucernal
foe
mu
y
comun en la Iglesia , no menos en
el
Oriente, queen el Occidente (
1 ).
Hoy se suelen
encender luces por especial rito en aquellos
Oficios que en lo antiguo se celebraban de no–
che , reteniendo como en otros asuntos de anti–
gua disciplina, la practica, sin subsistir la razon.
Di-
(
1)
Assuescat ad orationes ,
&
Psalmos nocte consurgere,
mane hymnos canere , tertia , sexta , nona hora stare in acie
quasi bellatricem Christi : accensaque lucerna reddere sacri–
ficium vespertinum.
B. Hieronym. EpiJt.
7.
cap. ).
In
Cypro,
&
Cresarea Cappadocum in Sabbato,
&
Dominico die vesperi,
&
post lucernarum accensionem Episcopi,
&
Presbyteri Sa–
cras Scripturas populis exponunt.
Nicephor. lib.
u.
Historiar.
cap.
34•