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· .
Discurso
II.
en conveniente proporcion vive toda la natu–
raleza ,
y
faltando ; rnuere ,
y
se disipa. Agua,
·ayre ,
y
tierra , aunque en
sf
rnismos do–
nes utillsimos , con
el
fuego viven ,
y
sub–
sisten ,
y
sin el pierden
SU
vigor
,
y
subsis–
tencia. Se estancan las aguas,
y
los vientos,
y
la
tierra se desanima , como se ve en los
inviernos, en que el calor minora su actividad,
y
en las tierras septentrionales , en que los ra-–
yos del sol ,
o
no las cubren,
6
lo hacen con
menos vigor. De la adoracion , pues ,
mera–
mente simbolica ,
6
solo en razon de divinos
clones , que daban..
los
Persas
a
los elementos,
se concibe bien no era otra la que daban al
foego '
y a
los astros '
y
solo mayor
a
este
elemento . en quanto lo concebian mayor ,
y
mas abundante don divino,
y
en quanto por
su pureza , desechando ,
y
consumiendo
todo
Io
impuro , conceptuaban- en el una mas con–
veniente representacion de
la
Divinidad.
§.
VIII.
37
Pero .aunque el filego en su mayor
pu–
reza,
y
la luz
en
s_us
mas
vivos resplandores
pueda tomarse en medio de la .infinita distan–
cia de lo criado ,
y
de lo sensible ' como un
re-