Discurso II.
religion del fuego, bien que no todo lo en que
se les redarguye se halle demostrado. Tal es
hacer el fuego una emanacion de la divina subs–
tancia , residente en el Universo ,
y
cuerpos
que 'le componen: sentimiento mas propio de
los Griegos que de los Persas,
a
quienes no jus–
tamente puede notarse de Pantheismo. Tal es
tambien el no apagar el fuego con agua , evi–
tando este modo tan natural en los grandes in..
cendios,
y
usando de materias sufocantes pa..
ra extinguirle , por el horror del combate en–
tre dos Deidades., 6 entre dos elementos foe-
-
go ,
y
agLJa , que como divinidades venera–
ban. Esto, aunque asi algunos lo refieran, es
sin produccion de convenientes testimonios,
y
a
lo ultimo es una
ridiculez
impropia
a
la eJe..
vacion del pensamiento de los Magos. Porque
i
que mejor efecto produce en orden
a
su re–
ligion, apagar el fuego con agua, 6 sufocarle
, con otra materia? La materia mas pronta
a
es–
ta sufocacion despues del agua es la tierra, en
que se ve la misma guerra , 6 combate entre
dos divinidades ' sufocando
la .
una
a
la
otra,
si es verdad que los Persas adoraban
la
tier–
ra como
a
di vinidad.