Teologfa de.los Caldeos
,y
Persas.
147
§.
IX.
3
9
Lo que parece confirmarse con anti–
guos testimonios , es la supersticion de los Per–
sas en no permitir
la
introduccion de los ca–
daveres,
6
cuerpos muertos en el fuego , co–
mo materia demasiado inmunda
a
este elernen–
to. Jamblico en
la
vida de Pitagoras dice,
que este Filosofo tomo de las Magos
la
maxi–
ma
de prohibir se quemaran los cadaveres,
evitando que una tan infecta materia fuese ali–
mento de
la
divina· substancia (
1).
Pero aun
en esto hay mucho que dudar: vemos entre las
Naciones variedad de costumbres en el fune·
ral de los cadaveres, sepultandolos unas en
la
tierra , y otras quemandolos.
El
haber re–
eibido -los Persas
Ia
primera contra
el
uso de
otras Naciones vecinas, no arguye
la
supers–
ticion con que estas les motejan. Sabemos es
propio de Naciones vecinas burlarse de sus
costumbres diferentes, como igualmente de su
religion, buscando modos
con
que mutuamen..
te
calumniarse , yes verisimil que los Pueblos
vecinos de los Persas , que quemaban sus cada..
K
z
ve-
(1)
Jamblicus in vita PJthagorte &ap.
28.