·
Discur
so
II. ·
quien habfando al mismo prop6sito dice:
~r
2,Po'r
" ventura se ha de pensar este en su juicio
,,. qili
1
en al dador
de
toda •l1uz, le presente la
" luz de las lamparas ,
y
cirios? Otra luz es
" la que nos pide , no
la
humana en las
lam–
'' paras, sino una luz Hquida ,
y
pura de nues–
,1
tro entendimiento. Los Dioses de las gen–
" tes ' como terren0s ' necesi_tan de luces para
'' que no esten en tinieblas ,
y
es justo ·miren
?l
a
I
la tierna
SUS
veneradores ' nada elevando.
" SU
rel;igion
a
ce}estiales· pensarnientos
(I)."
Algunos notan este dicho como un ·error , en–
tre otros, en que incidio Lactancio; pero de es–
t-e
modo tambiien deberiamos notar de error
a
S.
Geron~mo
,
a
quien luego' referirerrios.
Fa–
cilmente se puede discul
par
a
Lactancio , en–
tendiendole segun'
el
estilo de su tiempo , en
que por no convenir con los Gentiles, que po–
nian
·toda
SU
religion . en '
}a
observancia
de
es-
tos
( r) Num igitur mentis sure compos putandus est, qui au c,:–
tori ,
&
datori lum ionis, candelarum , ac cereorum •lumen of..
fert pro munere
1
Aliud . vero ille
a
nobis exigit lumen, .
&
quidem non fumidum, sed ( ut ait Poeta) liquid um atque
clarum , memis scilicet..... Illorum autern Dii ., quia terreni
sunt, egent luminibus, ne in teneb.ris sint, quorum cultores,
ql!lia creleste .nihil sapiunt, ·etiam religione, qu ibus deserviunt,
ad terram
revocant.
Lacttmt. Divinar. Instil. lib.
6,
cap.
2.