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Discurso IV.
papel,
y
dixo con fingida seriedad
á
los cir–
cunstantes , de modo que lo pudo
oír
la pa–
ciente, que llevaba . consigo una reliquia, que
aplicada hacia admirables efectos. Inmediata–
mente le rogaron que la aplicase ,
á
lo ·que
no fué dificil condescender· ;
y
aplicando el
papel envuelto
á
la enden1oniada , protTunció
con voz ayrada , fuerte ,
·y
soriora la~prfrnerá
regla de los géneros del
·~rte de
Antonio de
Nebrija :
Mascula sunt
maribus
,
qua? da.ntur
no–
mina solum.
J\I
oír esto la endemoniada ;
:y
al _
contacto del guijarro, se explicó
con
las
mayo–
res
=demonstraciones
de
·furor ,
que en tales
casos usan, quando s~ les aplica la
Estola , .
·ó
yerdaderas -reliquias , con ·lo que divirtiéndose
no poco la comi~~va, ·gente toda de igual
hu~
mor , quedó convencido el -embuste.
·
§.
VI.
1
oz
Hay
personas de Úu1to candor ,, por
no decir simpleza, los quales por mas que
CO•
nozcan la
f
reqüencia de
·esta:·s .
ficciones ,
lleva•
dos
solo
de
que
hay
verdaderos endemoniadós,
y
sobre el
puede
ser, creen que el presente sea
uno de ellos ,
y
por tal lo califican. ' La r.egla
contraria -está meQOS
expuesta
al engaño
,
por-
que