Angeles
,Y
Demonios.
37
I
que ninguna
cosa aborrece
mas
el diablo,
que·
el
trabajo : una vez
q1:1e
te
empeñes
en traba-.
jar , te aseguro que
el
dernonio huirá de
tí,
como de la mayor mortificacion que puede
_recibir. La · respuesta es
siempre la
misma,
pre~endiendo texer la historia de sus endem_o- ·
niadas aflicciones , que
yo
no
oygo
con gus–
to , temiendo en sus gestos alguna libertad en.:–
diablada. Alguna vez he- visto que por
un
parto
terminó el
diablo
la comedia
de su
en–
demoniada , no siendo este sino un principío
de
otros con·
vida
disoluta.
·_
.
99
No .-
hablaré de los gestos , convulsio–
nes , voces ·, con'torsíones de
estos
tales
fingí- '
dos endemoniados· , singularmente
á
tiempo
de
av.istar
los
Santuarios ;1que
suelen
estar
en
:sitios eley-ados ,
y
mas singularmente
á
su in–
rnediadon. Todo esto
cesa
entrados
en
la
ca-:–
pilla , dedicados
despues
de una
breve
deten–
cion
á
las compnes .di
versio
·n.es,,de_
que
he
sido
testigo
ocular. , :
.
§.
v.
· 1
oo
Creía
yo
que estas ficciones .eran
pro–
pias
de
Galicia ,
y
que
á
lo menos
no
serian
tan freqüentes en
otros
países.
A
mi ver pa–
rece-
que en
ninguna otra Provincia de
Espa-
Aa
z
ña