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aman,
y
abrazar una
vida,
que
le
parece
melancolica'
triste '
e
into"
lerable.
·
Deben , pues, considerar,
que
ademas de los
milagros
externos,
eran necesarios otros milagros
in..
teriores para
mudar
la
mala
dispo–
sicion de los corazones de los Ju-i
<lios.
Y
esto era efeél:o propio
de la
divina
Gracia.
Por esta
razon
creyeron
tan
pocos. Pero aun es mas digno
de
- nuestra admiracion, que los
que no
vieron la
mano
de Dios en
estos
nülagros , que tan evidentemente
la
declaraban ,
eran
los
mas Sa–
bio~
del Pueblo, los Pontifices ,
los
Fariseos,
y
los
Doétores
de
la
Ley :
Porque como estos hypo–
critas no empleaban el
~01nbre
de Dios
sino
para
engañar al
mun–
do ,
y
por su
orgullo ,
y
a
va
ricia
hacian que la religion sirviese para
sus
intereses, eran los mas
opues–
tos
,á
la
verdad,
y
menos suscepti..
bles de sus secretos.
lVIuchos.
de
elios