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· estado, ni
como estaba : pregun•
tas todas ociosas. Dios , que des–
de el
momento de
su
muerte
sa·
bia
lo
que
quería hacer , lo havia
reglado ,
y
ordenado
todo. Sabia
por donde nos debe
venir
el cono–
cimiento de las verdades de
la
otra vida. Jesus,
nuestro
Doétor,
lo sabía todo,
y
lo havia visto to–
do en la fuente de la Sabiduria.
La sencilléz de esta historia
vos
enseña lo que se deb.e conside–
rar
en
las grandes cosas ,
y
como
debemos
menospreciar
las
menu..
dencias,
y
fruslería.s..
-
DIA