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cion, Dr. D. Cándido Joanicó, D. Estanislao Camino, Dr. D. J osé Vasquez
Sagastume y D. Juan Pedro Salvañach, S . E. el Sr. Ministro !Argectino,
declarando abierta la conferencia, dijo:
>
Que existiendo como dificultad principal para
llegar á un acuerdo sobre
las reglas del armisticio
el término de su
duracion, era de desear que ese
inconveniente quedase desde luego allanado.
>
El Sr. A gente Confidencial, usando de la palabra, espuso:
>
En la conferencia del día
22
de Diciembre manifesté los motivos que
me obligaban en el i.iteres de la paz, á desear que el armisticio no fuese de
larga duracion por que cada dia era un peligro.
»
Por el resultado de esa conferencia y por la lealtad con que el Gobierno
mantend rá la libertad electoral, base de
la pacificacion,
todos los puntos im–
portantes,
las cuestiones verdaderamente políticas,
estaban virtualmente re–
sueltas.
>
Lo que ha quedado pendiente es secundario, sin verdadera importancia
política y puede ser tratado y
resuelto en una, 6 cuando mas, en dos confe–
rencias.
>
Fué en ese concepto, que
SE'
fijó por mi p arte el término de ocho dias,
contados desde
la última notificacioo; y ese término que declaré podia esta–
blecerse en calidad de prorogable, me parecia,
y me parece aun, mas que
suficiente para lo que tenemos que hacer.
>
Las últimas noticias, no pueden
inducirme á alargar, sin necesidad evi–
dente (que si apareciera podría ser satisfecha por la próroga) el plazo que
tengo por suficiente.
>
Las noticias son,-que el E jército de la R evolucion se ha dirijido á la
frontera de Yaguaroo, al paso que una de sus divisiones ha intentado
la
ocupacioo
de Mercedes buscando,
si n duda, un cen tro de recursos sobre el
rio Uruguay y mayores facilidades para recibir por esa via los que busca y
van del exterior, como segun se asegura públicamente, acaban de irle, desde
las costas de esta provincia, y estos mismos dias.
>
El h echo de que
la
revolucion busque ocupar
tales posiciones en los
momentos en que se sabe que va á tener lugar un armisticio, le impone al
Agente del Gobierno el deber muy estricto, deber de lealtad
y
de honra per·
sonal, de limitar ese armisticio al
tiempo razonable necesario para satisfacer
los fines legítimos con que se establece.
>
Podrá decirse aquí cuanto se quiera, pero la verdad práctica es que colo–
cado el Ejército de la R evolucion en Cerro Largo,
y
no pudiendo el del
Gobierno, inmovilizado por el arm isticio, alejarlo de la frontera del B rasil, el
armisticio
le servirá,
in que nadie pueda evitarlo, y sin que la violacion
pueda probarse, para restablecerse, aumentarse
y
fortificarse.
>
Y no es esto, debo decirlo, lo que mas me preocnpa; lo que me preo·
cupa es que los elementos que se buscan
y
pueden enconlrarSe en Rio Gran–
de, pueden ser
y
serán, sin duda, como lo han sido otras veces, la mas grande
y
la mas funesta de las eventualidades á que nos espone
la
continuacion de
e
tas
de astro as contiendas civiles.