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Campamento en marcha, Julio 12 de
l8¡r.
>
S r . D. Federico N zºn R eyes.
>
Mi estimado amigo :
»
Tengo á la vista sus importantes cartas del 30 de Mayo pasado, las que
contesto limitándome lo posible por falta de tiempo.
»
E n este momento me llega el parte que el enemigo estaba ayer á ocho
leguas de nosotros. Ea seguida he despachado chasques ea todas direcciones
reconcentrando las divisiones que estaban en Comision
(1).
La batalla es
in falible y la daremos por momentos.
»
Devuelvo á Vd. las cartas que me adjuntaba para que me enterase de¡
trabajo que tiene Vd. entre manos; comºprendiendo su importancia, me reser–
vo para la primera oportunidad
con te~tarlas
debidamente.
(2)
>
El Comandante Velez marchará dentro de unos dias; lleva un proyecto
del que mucho espero.
»
Se anuncia la llegada de una comision de Montevideo; no tengo aviso ofi–
cial alguno, pero se me hace creer que es cierto-veremos lo que haya y se
lo avisaré.
»
Créame su siempre amigo.
Ti"tnoteo Aparicio.
»
N. B. R ecomiendo
á
Vd. y á los amigos manden
á
la mayor brevedad
todos los fusiles que tengan; nos hace mucha falta desmontar caballerías y no
tenemos arm3.s-
Vale.
« Uruguay, Mayo 28 de 1871.
>
S eñor D. Federico Nz"n R eyes.
»
Mi querido amigo: En vígperas de hacer algo los amigos que hemos es·
tado aquí, creemos llegada la oportunidad de su valioso concurso y direccion
-Paysaadú debe ser tomado dentro de 15 ó
20
dias; al efecto ya salió nuestro
amigo
J....
á fin de acompañar y ayudar el pasage de roo ó
l
50 ' hombres de ca–
ballería, los que inmediatamente buscaran la incorporacion .de Olivera á quien tam–
bien ayer mismo se le mandó un propio, previniéndole á V d . que á efecto de e.acon.
trar la menor
resistencia
posible, se han hecho trabajos que corresponden á
(1) D esgraciadamente, fueron bien pocas las fuerzas que pudieron acudir
á
este llamado; y .
despues licenciáronse otras antes de la batalla de Manantiales, confiados en que el armisticio
pedido por el Obispo
y
decretado por el Gobierno, •e realizaría.
(2) El trabajo
á
que se refiere el General Aparicio, es el que imponen las cartas que trans–
cribimos despues de ella, el cual no se pudo llevar
á
cabo por circunstancias imprevistas.