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cabezara una comision de paz al ejército, para lo cual se contaba con el asenti·
miento del Gobierno, y suplicándosele que al efecto se
acercara á una confe·
renda con el Presidente Batlle, el señor Obispo se prestó gustoso á ello y tuvo
lugar la conferencia. El señor Obispo Vera despues de significar al Presiden·
te Batlle el 'objeto de su visita, le manifestó que le parecia
ineficaz aceptar
por su parte el honroso y humanitario
cometido que se le queria dar en la
Comision, si el Presidente de la República no declinaba de su
condicion de
sometimiento para los revolucionarios.
>
El Presidente Batlle manifestó entonces que no
insistia
ya en aquella
condicion.
• Felicitándose el Sr. Obispo Vera de escuchar aquella declaracion, propuso
entonces al Presidente Batlle dejarla consignada en un cambio de cartas.
• El Presidente Batlle replicó entonces al Sr. Obispo
que no escribiria lo
que verbalmente declaraba;
se levantó, tocó la campanilla é hizo llamar á los
Ministros.
• Presentáronse enseguida aquellos y Batlle dijo:
S eñores M inistros, llamo
á
Vds. para que escuchen la declaracion que el Presidente de la R epiiblica
hace al Sr. Obispo Vera de
NO INSISTIR EN LA CONDICION DEL SOMETI·
"MIENTO DE LOS REVOLUCIONARIOS A
l\Il AUTORIDAD.
• El Sr. Obispo Vera se dió por satisfecho y poco despues se despidió
del Presidente Batlle, para esperar el salvo conducto que aquel Jebia hacer
estender para la Comision que debía salir al dia siguiente.
•
a verdad es que todo aquello no pasaba de una pura comedia y de una
infamia; y el Presidente Batlle mentía falsamente y sus Ministros lo sabian
mejor que él mismo.
»
La dignidad personal del Sr. Obispo, la eminencia de su carácter sacer·
dotal, ni el mismo pectoral donde resaltaba incrustada la imájen del Redentor,
fueron bastante á imponer respeto al Presidente Batlle y los Ministros. Aquella
declaracion era mentida y poco despues uno de sus Ministros que
le babia
escuchado, esplicaba la cosa de este modo: -
No; el Presidente ha declarado
que no zmponia condiczon de sometimiento
á
los
revoludonari·o~,
pero que
la
Comision que nombrase el Gobierno la deberia imponer sine qua non!!
>
Hasta aqui en cuanto á la perfidia que el Presidente Batlle y sus Minis·
tres usaron con el señor Obispo Vera.
• Ocupémosnos ahora de otro hecho comprobado y de no menos siniestros
caracteres.
»
Nos referimos á los
pliegos cerrados
á que hace referencia el Presidente
Batlle en su telegrama al General en Jefe de su ejército para la suspension de
hostilidades.-Ese telégrama decia así:
»
A cepto todo,
y
puede establecerse el armisticio,
SIN PERJUICIO DE LOS
PLIEGOS CERRADOS QUE VAN POR TIERRA.
»
¿Que contenían esos
plzegos cerrados?
»
No es dificil suponerlo.
»
El ejército del Gobierno estaba
á
40 leguas de la capital, esto lo sabia el