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En la misma estancia, que era una gran casa de material,
rodeada por un zanjeado y alambrado que formaba un cuadro
de unas cuatro cuadras por cada frente, se colocó al frente la
artilleria (6 piezas) al mando del General Maza, y en el centro
los infantes formados en batalla, que no alcanzarian á cuatro–
cientos hombres, mandados por el General Ba tarrica y divi–
didos en dos brigadas, compuesta una del batallon Union y de
la Legion Italiana al mando del Coronel Arrue, y
la otra man–
dada por el Coronel Amilivia que la componia el batallon
«Treinta y Tres » y los voluntarios Catalanes . El batallon «La–
valleja » formaba el resto de los infantes revolucionarios, al
mando del Coronel Layera y compuesto de ciento y tantos
hombres estaba con la vanguardia. A estos batallones los man–
daban respectivamente, los Coroneles Guruchaga, Estomba,
Visillac, Carreras y otros jefes .
Al flanco derecho, pero retirado como una media legua de
la estancia y entre una cordillera de piedras, estaban las caba–
llerias del General Muniz en linea de batalla y el batallon «La–
valleja» al frente formado en cazadores.
Al costado derecho, en proteccion ele los infantes del centro
se colocaron los escuadrones del General Campos y el de Mon –
tevideo, bajo las órdenes del Coronel Britos.
Y á la izquierda, tomando una gran estension desde la estan–
cia, estaban el Estado Mayor al mando d el Coronel Villasboas,
el General Aparicio y las caballerias del General Medina com–
puestas de las divisiones de Mercedes, San José y Colonia, á
las órdenes de Ferrer, Uran y Rafael Rodriguez, y los escua–
drones de Baraldo y de Santos Carro. La escolta del General
Aparicio, por último, se situó sobre el flanco izquierdo, y el
parque y las caballadas estaban á
retaguardia de todos, des–
pues del arroyo San Juan, convertido alli en una cañada pedre–
gosa, que quedaba á espaldas del ejército.
El enemigo, mientras tanto, que se encontraba acampado en
las Piedras de Espinosa, con su vanguardia al frente, hizo mo–
verá ésta primero y despues á todo el ej ército á eso de las 11
de la mañana llegando hasta el segundo bajo al frente de la
línea revolucionaria á las 2 de la tarde, tendiendo allí tambien
su línea de batalla en el órden que lo describe el General Castro
en el parte que mas adelante transcribimos.
Desde que el enemigo se colocó á tiro de cañon y se com–
prendieron sus intenciones bélicas, la artillería revolucionaria