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do agrupe á su alrededor diez ó doce mil hombres de fuerzas regulares, bien
armados, bien pagos y vestidos.
" En este sentido, la
aproximacion del ejército á la
capital es un hecho
halagueño que puede tener gran importancia para fij ar las opiniones vacilantes
robustecer la confianza pública
y desalentar al enemigo.
" Pero no sucede lo mismo si se toma en consideracion, que esos mismo re–
sultados se habrian obtenido sin los inconvenientes que en segu.ida
apuntare–
mos, si el ejército no hubiera pasado la línea de P ando, donde pudo hacerse
fuerte durante las horas que seri'ln necesarias para llevar hasta aquel punto los
refuerzos que se habian pedido.
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Nadie se esplica porque el ejército ha venido hasta Maroñas, forzando una
marcha demasiado violenta, cuando el ejército
venia falto de sueño, postrado
de cansancio, y habria preferido contener á balazos
al enemigo si se hubiera
aproximado, á continuar aquella marcha violen tísima.
" Segun los datos que hemos tomado del propio campamento de Maroñas,
el enemigo no ha presenfado en linea de batalla mas de 3500 hombres y de
esos babia separado 800 ó rnoo que envió al puerto del Inglés para impedir el
desembarque de los batallones que debian incorporarse por aquel punto.
" D ebia suponerse, pues, que no venia todo el ejército enemigo, y aún cuan–
do viniese, en posiciones convenientes podia esperársele y contenerlo como lo
hizo en los cerros de Betel. Tanto mejor si el enemigo se presentaba, porque
entonces una vez recibido los refuerzos, se le podia obligar á da1 batalla.
'' En su lugar, se ha venido hasta Maroñas, acabando de postrar las caba–
lladas, dar;do
lugar para que el .enemigo esplote ese hecho en su favor, y
0cupando un campo que dejaron
asolado
los enemigos durante su perma–
nencia en el sitio de esta plaza.
'- Conceptuamos, pues,
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grave error el que se ha cometido, y creem•>S
que debe subsanarse en lo que es posible
todavia, haciendo que ese ejército
se mueva sin pérdida de tiempo y tome altura donde haya buenos pastos y
aguadas para abrir en seguida operaciones activas y eficaces sobre el enemigo.
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Una vez mas en este
,~aso,
nos hacemos eco de versiones populares que
el simple buen sentido indica y que un a recta observacion confirma, sin pre–
tender, por eso, convertirnos en mariscales, como vulgarmente se dice.
'' En la guerra como ea todas materias, hay cosas que están al alcance de
todo el mundo aunque no se tengan conocimien tos especiales; y el hecho de
la retirada del ej ército hasta 1\faroñas se encuentra en ese caso.
" Persuadidos de que la censura
justa y moderada,
aun
tratándose de
operaciones de guerra, produce saludables
resultados, no podemos menos de
consagrar estas observaciones á un hecho que ha merecido general repro–
baclon."
Léanse ahora las cartas
y
partes que hemos ofrecido; en las
cuales, como se verá, apesar de darse mas triunfos
~augurarse
otros, se contradicen en los hechos, consignando así lo veracidad
de nuestro relato: