REVOLUCIÓN DE I 'GLATERRA.
65
sivo
y
cortesanos modales, era lord Lugart.eniente de
Essex
y
coronel de los Azules. o era dado á turbu–
lencias,
y
lo que más convenía á sus intereses era
evitar toda ruptura con la Corte, pues g randes obli–
gaciones pesaban sobre su hacienda,
y
su empleo en
la,milicia era lucrativo. Fue llamado al gabin ete del
Rey, donde se le exigió declarar explícitamente sus
intenciones.
«Señor,
respondió Oxford,
yo esta1·é al lado
de V. M.
y
pelearé contra todos sus enemigos hasta derramar
la última gota de sangre. Pero esta es cuesti6n de conciencia
y no puedo obedece1·."
Inmediatamente fué destituí do ,
así de la lugartenencia como del mando de su regi–
miento (1).
XXVI.
EL CO DE DE SHREWSBURY.
Inferior en antigüedad
y
esplendor
á
la Casa de De
Vere, pero á aquélla tan sólo, era la de Talbot. Desde
el reinado de Eduardo
III
los Talbots venían fig uran–
do constant.emcnte entre Jos Lores del Reino. En el si–
g lo xv se concedió el Condado de Shrewsbury á Juan
Talbot, el antagonista de la doncella de Orleáns. Por
mucho tiempo vivió su memoria entre sus compatrio–
tas, que le recordaban con cariño y reverencia, con–
siderándole como uno de los más ilustres guerreros
(1) Halstead,
S1tcirtla Genealogía de la familia de Vere,
1685;
CoUin,
Colecciones históricas.
Véanse en las
esiones de los l ores
y
en las
Relaciones
de Jones, en los meses de marzo
y
abril,
1625-26, el proceso relativo al condado de Oxrord. El exordio del
discurso de Crew. á la sazón Lord Chief Justice, figura entre 1011
más bellos modelos de la antigua elocuencia inglesa. Citters, fe–
brero
'7 (l'l),
1688.
TOMO IV .
5