20
J, ORD l\IAl'AULAY.
principales personajes era un viejo hipócrita llamado–
Obadiah. El público prorrumpía en exclamaciones de
regocijo cuE.ndo en la última escena aparec!a Óba–
diab con una cuerda al cuello, y redoblaba el en–
tusia mo cuando uno de Jo actore , apartándo e d 1
texto de la comedia, anunciaba que Obadiab iba á ser
ahorcado por haber cambiado do religión . •l Rey o
irritó g randemente por tal insulto,
y
tan turbul nta e
mo traba la niver idad que uno .d · los r gimi nto
recién organizados, el mismo que actualmente ll eva
el nombre de
Segmido
de
Dragones
de
la Gua1·dia,
fu é
destinado
á
Oxford para evitar cualquier tumulto (1).
Estos acontecimientos debían haber convencido
á.
Jacobo que de seguir por tal camino ir!a indudable -
mente
á
su ruina. Desde hacía mucho tiempo e taba
aco tumbrado
á
luchar con lo londonen es. Habíanse
levantado contra él, unas v ces sin razón , otras in–
útilmente. Hablales re istido repetida v ces, y aun
podía hacerlo de nuevo. Pero que Oxford, la s de ele
la leal tad , el cunrtel general de lo
Co!Jalle1·os,
el sitio
donde su padre
y
u hermano habían tenido la cort
cuando no e creían eguros en la turbul nta apital
r
1lugar donde lo
scritos de lo grandes maestros
republicanos habían ido ntregados recientemeo
á
las llama ; qúo alli ardie e la
a del de contento, qu
aquello mancebos de elevado e píritu que al :runos
me
an
se habían apr urado
á
marchar vol un -
tariamentc contra los insurrectos del
e t purlie en
ahora con dificultad, por la e. pada
y
la carabina, e r
mantenidos en ord n; rodas
ta señal
ran de mal
agüero para Ja casa de E tuardo. La advert.cncia, sin
mbargo, no produjo
e~
cto en 1 torpe, obstinado
y
(1) WooJ.
Athen11e Oxoniense
;
Apoto9fa de la Vida dí> r:ot1e•1
Cibber;
Citte
. marzo2(12), 1