REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
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su horror al proyecto del Príncipe. Los Prelados per–
. manecieron
ilen ciosos : su silencio fué interpre–
tado como muestra de conformidad
y
se les orden&
r tirar e (1).
En tanto, Ja escuadra de Guil1ermo se hallaba en el
mar de Alemania. En la tarde del jueves
l.•
de no–
viembre se hizo á la mar por segunda vez. Soplaba
un viento fresco del Este, y la armada durante doce
horas navegó en dirección al
oroeste. Los barcos
ligero enviado por el Almirante ing lés, de descu–
oierta, volvieron trayendo noticia que confirmó la
opinión general de que el en migo intentaba de -–
embarcar en el Yorkshire. De pronto, á una señal del
bajel que montaba el Príncipe, toda la flota viró de
bordo y siguió navegando con rumbo al Canal de la
.Mancha. La lnisma brisa qne favorecía el viaje de los
inva ores impidió á Dartmouth salir del Támesis. u
barco tuvieron que calar vergas y mastelero , y dos
frag atas que habian logrado internarse en la mar,
muy maltratada por la violencia del tiempo, hubie–
ron de retroceder
é
internarse nuevamente en el
río
(2).
XLI.
E HACE G lLLERMO
Á
LA VELA POR EGUNDA VEZ.
La flota holandesa, impulsada por el viento , nave–
g aba rápidamente, llegando al estrecho á eso de las
{l)
.U
•
de Ta1rn er.
(2)
Burnet.
1,
78'1; Rapin; Whittle,
Dia.rio exacto; Ex pedició11.
aet
Prilicipe de Orange
á
I nglaterra,
1688;
/li staría de la Deser–
cilm.
1688;
Dartmot1tll
á
Jacobo,
nov. 5, 1688, en Dalrymple.