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J.ORD MACAULAY .
XL.
LLEGA
Á
INGLATERRA SU DECLARACIÓ ' .-
JACOBO
INTERROGA
Á
LOS LORES.
La declaración le precedió nada más algunas horas .
El
l.'
de noviembre empezó á hablarse de ella miste–
riosamente por los políticos de Londres, pasó en se–
creto de mano en mano y fué deslizada en Jos buzone
del correo.
no de los agentes fué detenido, y los
paquetes que estaban á su cnrg·o conducidos á
Viibi–
tehall. El Rey leyó la declaración, quedando turbado
en gran manera. Su primer impulso fué ocultar el pa–
pel á los ojos de todos. Arrojó al fueg·o cuantos ejem ·
plares le llevaron , excepto uno, y aun aquél apenas
lo consideraba seguro en sus manos (1 ).
El párrafo del manifiesto que más inquietaba al
Monarca era aquel, en que se decía, que algunos
pares espirituales y temporales habían invitado al
Príncipe de Orange
á
efectuar la invasión de In–
glaterra. Halifax, Clarendon y Nottingham se halla–
ban
á
la sazón en Londres . Fueron llamados inme–
diatamente
á
Palacio é interrog·ados. Halifax , no obs -
tante su inocencia, se negó al principio
á
responder.
"V.M. 1ne pre9unta,
dijo,
si soy ?'eO de alta t1·aici61i. Si se
tienen sospeclias de
mí,
que se' me lleve ante los Lores. Pues
,¿c6mo puede V.
lif.
co11jia1· en la 'resp
uestade un n o cuya
vida está en peli91·0? Aun cuando lmbie1·a.YO invitado
á
S. A
.
á
'DenÍ?'
á
In9late1·1·a, hubie?·a protestado de mi inocencia
si~t
el meno1· escnípulo.»
El Hey declaró que, en -modo algu-
{i)
Oitters, nov. 2 (l2l, 1688; Adda, nov . 2 (12).