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LORD MACAULAY.
XXXII.
DECLARACIÓN DE GUJLLERMI).
La diferencia entre Ja expedición de 1685 y la de
1688 fué suficientemente marcada por Ja diferencia
entre los manifiestos publicados por los jefes de am–
bas. Ferguson redactara para Monmouth un ab urdo
y brutal libelo acerca del incendio de Londres, de Ja
muerte de Godfrey, el ase inato de Essex y el enve–
nenamiento de Carlos. La
Decl111racióii
de Guillermo
fué redactada por el gran pensionario Fagel, muy
.renombrado como publicista. Aunque profunda y
sabia,
ra en su forma original exce ivamente pro–
lija, pero fué abreviada y traducida al ingl és por
Burnet, que conocía muy bien el arte de la compo:
sición popular. Empezaba con un solemn
preám–
bulo, donde se establecla, que Ja estricta observan–
cia de la ley era indispensable, eu toda sociedad,
para la felicidad de la nación y seguridad del Go–
bierno. El Príncipe de Orang·e habla visto, por tanto.
con gran· inquietud que las leyes fundamentales
de un reino con el cual se
hall~ba
estrechamente
unido por los lazos de la sang re y del matrimonio.
habían sido violadas de. una manera e caudalosa y
sistemática, por seguir la opinión de malos conse–
jeros. La prerrogativa de dispensa de las leyes del
Parlamento hablase exagerado , en términos, que
toda la autoridad legislativa había pasado á la Co–
rona. Habíase obtenido de los tribunales, merced
á
las continuas variaciones en el personal de jue–
ces decisiones contrarias al espíritu ele· la Cons -