REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
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exclusionistas, y de que consintiese en conceder
á
S.
M.
la renta vitalicia. Pero en cuanto á las leyes del
Test
y d 1
Habeas Oorpus,
no obtuvieron los emisarios
de la Corte tan satisfactorio resultado
(1).
XXI '.
RE
ESE EL PARLAJIIB
TO
INGLÉS.
El din 19 de mayo se verificó la apertura del Par–
lamento. Ofrecían fos bancos de la
ámara popu–
lar ing ular aspecto. Aquel g ran partido que había
dominado en las tres última
legislaturas, veíase
ahora reducido
á
tan la timosa minoría, que apena
si formaban us miembros la déeimaquiuta parte de
la Cámara. De lo quinientos tr ce caballeros y bur–
g ueses, sólo ci uto treinta y cinco se hablan sentado
ante
n aquello banco . Es evidente que una
a~am
bl a compuesta en su mayoría de g nte tan igno–
rante
inexp rta, debía ser, en muchos é interesan–
te
onc pto , muy inferior á la importancia de nues–
tros Parlamentos (2).
Fu ron nombrados poi· el Rey ,
managers
(3) de la
tí.mara de los Comunes, do lor s scoceses.
no
de
llo , arlo Middleton, Conde de Middleton , después
d hab r d sompeñado un alto empleo en Edimburgo,
poco de pu
de la muerte de Carl o
JI,
había entrado
ií.
formar parte del Con ejo privado de Inglaterra,
(1) BnriUon, moyo 4 (14), 1685; sir John Reresby's,
Memoir1.
12) Burnet.
i,
626; Evelyn·s. Dia1·y, mayo 2'2,
1685.
¡3)
nse el Apéndice.-
. del T.