REVOLUCIÓN DE INGLATERRA .
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XXXI.
VOTACIÓN DEL IMPUESTO .
El 22 de mayo, los miembros de la Cámara de los
Comunes fueron citados á la barra de la de los Lores;
y
el Rey, sentado en el trono, pronunció un discurso
dirigido á ambas Cámaras. Declaró su resolución de
mantener el gobierno establecido en la Ig·lesiay el Es–
tado, pero debilitó el efecto de esta declaración, ha–
ciendo una extraordinaria advertencia á los miembros
de la Cámara popular. Dijo que temía que pudieran
inclinarse á negarl e dinero de tiempo en tiempo, en
la esperanza de que de esta manera le obligarían
á
convocarlos con frecuencia. Pero les aclvertia que no
debían obrar de tal modo; y que si deseaban reunirse
á menudo, tendrían que portarse lealmente con él.
Y puesto que era evidente que sin dinero no había
medio de sostener el gobierno, claramente manifes–
taban sus palabras que si no le daban todo el dinero
que deseaba, lo tomaria. ¡Cosa extraña! Esta arenga
fué r ecibida en medio de entusiastas aclamaciones
por parte de los caballeros
toríes
allí presentes. Tales
aclamaciones eran entonces usuales,
y
aun ha sido
después, durante.muchos años, g·rave y decorosa cos–
tumbre del Parlamento oir con respetuoso silencio
las frases, fuesen ó no agradables, pronunciadas des–
de el trono (1) .
(l)
London Gazette;
me.yo25,
1685; Evelyn's,
Diary,
mayo 22,
1685.