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LORD M.ACAULAY.
nistas te'nía con él g ran favor, aquella fracción que
representaba Sunderland y que se babia unido
á
los
1vltigs
en los dias de Ja conjuración, sólo porque los
1vhigs
tenían el mando y que había cambiado con el
cambio de fortuna. Con fundamento miraba Jacobo á
estos renegados como los más útiles instrumentos de
que pudiera echar mano. Io era, sin.duda, de los ani–
mosos caballeros que le habían sido fieles en la adver–
sidad de quien podía esperar en los días prósperos obe–
diencia abyecta y sin escrúpulos. Los hombres que im–
pulsados, no de celo por la libertad ó la relig·ión, sino
tan sólo de egoísta codicia y temor, habían ayudado á
oprimirle cuando se veía débil, eran los mismos que,
movidos de ig·ual codicia é idéntico temor, le ayuda–
rían
á
oprimirá su pueblo ahora que era fuerte (1) .
Por otra parte, Jacobo, aunque vengativo, no lo era
con preferencia
á
todá.otra pasión, y ni un solo ejem–
plo puede mencionarse en que mostrara compasión
generosa hacia los que le habían hecho la guerra
honrada y públicamente. Pero con frecuencia perdo–
naba, y aun daba recompensas, á los que inducidos de
algún vil motivo le habían hecho daño, porque aque–
lla misma bajeza que los señalaba como instrumentos
propios de la tiranía era tan preciosa
á
sus ojos, que la
miraba con indulgencia aun cuando se emplease en
contra suya.
Por varios conductos se comunicó á los
toríes
de la
Cámara popular cuáles eran los deseos del Monarca.
Fácilmente se logró persuadir á la mayoría de que
abandonase todo proyecto de ley penal contra los
(1) Luis XIV escribió
á
Barillon acerca de estos exclusionistas
lo siguiente: oL'intéret qn'ils auront
á
effacer cette tache par
des services considérables les portera, selon tou tes les aparences,
Ale servir plus utilement que ne pourroient faire ceux qui ont
toujours été les plus attachés
á
sa personne.• Mayo 15
(25),
1685.