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LORD MACAULAY.
XIX.
LAS ELECCIO 'ES.
unca se habían verificado las elecciones en cir–
cunstancias más favorables para la Corte, pues mu–
chlsimos
á
quienes la conjuración católica había arro -
jado entre los
n;liigs,
la conjuración posterior de Rye
House había vuelto al lado de los
t01·íes.
En las pro–
vincias, podía contar el Gobierno con una inmensa
mayor\a de todos los caballeros, desde trescientas
li–
bras esterlinas de renta en adelante;
y
en cuanto al
clero, podía decirse que estaba unánimemente de parte
del Gobierno. Aquellos distritos que habían sido el
principal apoyo
y
defensa de los
mliigs
fue¡:an privad0s
últimamente de sus cartas por sentencia legal, ó ha–
blan previsto la sentencia haciendo voluntaria renun–
cia. Reconstituidos ahora por el Gobierno, no cabía
dudar de su devoción
á
la Corona.
En aquellas ciudades que no inspiraban completa
confianza, habíase encargado la defensa de la libertad
á
los nobles (squires) (1) de las cercanía ,
y
aun en
alg·uuas pequeñas regiones del Oeste se babia lle–
gado al extremo de que formasen, en gran parte, los
Cuerpos constituyentes capitanes
y
alféreces de la
Guardia Real. Los encargados de verificar la elec–
ción (returning officers) hallábanse, naturalmente,
interesados en la defensa de la Corte,
y
en todos los
(1) Véase el
Aptindice.-(N.
del T.)