260
LORD
1A A LAY.
ritual. lo que públicament se atribula á que,
iendo
el d.!a muy corto, apena daba tiempo para todo lo
que había que hacer. P ro quien
xamine los cam–
bios y reforma de la ceremonia, notará que el objeto
del Monarca era vitar lo que había má ofensivo
á
us religio os sentimi ntos d c loso católico. No se
leyó el servicio d
la omunión,
y
s
omitió lacere–
monia d
presentarle un
jemplar de la Biblia
in–
glesa, ricam nt
ncuadernado, exbortáudole á esti–
mar m ·
que todos los
oro
t rrenal es el mismo
libro que le habían en eñado
á
mirar como manchado
con fal as doctrinas; pero lo que aun quedó, despué
de todo
e to recorte , bubi ra ba tado
á
in pirar
scrúpulo eu la mente de todo aquel qu con
ince–
ridad mirase la Igle ia ang licana como oci Jad de
her je en cuyo g remio no babia al ación po ible.
Hizo 1 R y
u ofrenda ante
l altar y par ció unir
u voto
á
lo de lo Obi po
cuando entonaban la
peticion s de la Letanía, r ci bi nclo d aquellos fal os
profetas Ja ag rada un éión,
ímbolo d
la divina in–
fluencia, y con rostro contrito e arrodill ó cuando in–
vocaban al E plritu auto, para que d se ndiese obr
u e píritu , aquello m i mos que,
á
su j uicio, eran
u p ore
y
más empedernidos nemigo . Tal
las contradiccione de la natural za humana, que
hombr , que á impul o d 1 fanático c lo qu su r li –
gión le in piraba acriflcó tres reino , no aciló n
om ter casi una apo
ía, an
que privarse del in-
fantil placer de ver e in e tido d
lo ornam nto ,
ímbolo del poder real (1).
(1) Oed\\cese del despacho de Adda de 22 de enero de
16~.
y
de
I<> que respecto á esLo d ice el P. d' rleáos
(fll~laire
.u,
IU1':J/t11{on4
d '..\n9/etwre,
lib.
x 1),
q ue la cond ucta d'.ll Rey oo le !lla diaco lpa á
los ojos de lo b u enos católicoa.