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LORD MAOAULAY.
XVIII.
E TUSIASMO DE LOS TORÍES.
Puede fijarse este momento como aquel en que el
entusiasmo del partido
to1·y
llegó
á
u má alto g rado .
Desde el advenimiento del nuevo Rey hablan abun–
dado la manifestaciones en que declaraban la pro–
funda veneración que sentían, a
i
por la per ona
como por la dignidad del oberano,
y
lo sangriento
ataques en que se desencadenaban contra los venci–
dos
rolligs.
Los magi trados de Middl e x daban g ra
cias á Dios por haber confundido los d signios de los
regicidas y exclusionistas, que no cont ntos con ha–
ber a esinado
á
un Monarca inocente, qu rían des–
truir
basta los cimientos de la Monarquía. La ciudad
de Glouce ter execraba
á
los sangrientos villanos
que habían in ten tado privar al Rey de su legitima
herencia; la burgues!a de Wiyan aseguraba defender
al
oberano contra todos los que, como Aquitofel,
con pirasen, ó fu eran rebeldes como
b alom,
y
el
gran Jurado de uffol k esperaba que
l Parlamento
pro cribiría
á
todo
los exclusionista . Muchas cor–
poraciones e comprometían
á
no
olver
á
enviar
á
la
ámara de los Comune
á
ninguno d
los que ha–
bían
otado en contra de la sucesión de Jacobo,
y
""'"lar,
por Lord F rancisco, Obispo de Ely, gran limosnero. He
visto una descripción de la ceremonia. de autor italiano, publi–
cada en Módena, notable principalmente por el ingenio con que
t rata de ocultar su a utor el hecho de que los salmos se cantaban
en inglés y los Obispos eran herejes.