El buen
S. LUCAS
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Samaritano
moníos se nos sujetan en tu nom-
é hiriéndole, se fueron, dejándole
bre.
medio muerto.
18
Y les dijo: •Yo veía á Sata- aJo. 12. 31.
31
Y aconteció que descendió un
nás, como un rayo, que ' caía del
'
8
A~:,I
2
·
sacerdote por aquel camino, y
cielo.
.s·ai.:is.u. viéndole, •se pasó de un lado.
19
He aquí •os doy potestad de dSai.91.13.
32
Y asimismo un Levita, llegando
hollar sobre las serpientes y sobre Hch.2S. 5. cerca de aquel lugar, y viéndole,
los escorpiones, y sobre toda fuer-
se pasó de un lado.
za del enemigo, y nada os dañará. •
M
t.
10. 5.
33
Mas
<un
Samaritano que
20
Mas no os gocéis de esto, que
transitaba, viniendo cerca de él, y
los espiritus se os sujetan; antes
viéndole, fué movido á rníseri-
' gozaos de que vuestros nombres /Ex.32.32. cordia;
están escritos en los cielos.
~~.
4
!2~23.
34
Y llegándose, vendó sus heri-
21
En aquella misma •hora J esús
•-"'· ~1.
das, echándoles aceite y vino; y
se alegró en espiritu, y dijo : Yo te 25_.,_
poniéndole sobre su cabalgadura,
alabo, oh Padre, Señor del cielo y
llevóle al mesón, y cuidó de él.
de la tierra, que escondiste estas
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Y otro día al partir, sacó dos
cosas á los sabios y entendidos, y
h
M
t. 20. 2. hdenarios, y diólos al huésped, y le
las has revelado á los pequeños:
dijo: Cuidamele; y todo lo que de
así, Padre, porque así te agradó.
más gastares, yo cuando vuelva te
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Todas las cosas me son entre-
lo
pagaré.
gadas de
mí
Padre: y nadie sabe
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¿Quién, pues, de estos tres te
quién sea el Hijo, sino el Padre; oí
parece que fué el prójimo de aquél
quién sea el Padre, sino el Hijo, y
que cayó en
manos de
los la-
á quien el Hijo
lo
quisiere revelar.
drones?
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Y vuelto particularmente á los
37
Y él dijo: El que usó con él
discípulos, dijo: ;Bienaventurados
i
M
t.
13.
de misericordia. Entonces Jesús le
los ojos que ven lo que vosotros 16 ' 17 '
dijo : Ve, y haz
tú
lo mismo.
veis;
24
Porque os digo que muchos
38
Y aconteció que yendo, entró
profetas y reyes desearon ver lo
él en una aldea; y una mujer,
que vosotros veis, y no lo vieron; y ; Jo.11. 1.5 llamada
1
Marta, le recibió en su
oír lo que oís, y no lo oyeron.
Y
12 · 2 ' 3 · casa.
39
Y ésta tenía una hermana que
'- "
25
Y he aquí, un doctor de la ley
k
Jo. 11. 20. se llamaba iMaría, la cual, ksen-
se levantó, tentándole y diciendo:
tándose á los pies de Jesús, oía su
'Maestro, ¿haciendo qué cosa po- tMt.19.1G palabra.
seeré la vida eterna?
1,r~:~rf?·
40
Empero Marta se distraía en
26
Y él le dijo: ¿Qué está escrito
oo.
ts.' 1s: muchos servicios; y sobreviniendo,
en la ley? ¿cómo lees?
dice: Señor, ¿no tienes cuidado
27
Y él respondiendo, dij o:
que
mí
hermana me deja servir
mAmarás al Señor tu Dios de todo
m
o t. o. 5. sola? Dile, pues, que me ayude.
tu corazón, y de toda tu alma, y de
41
Pero respondiendo Jesús, le
todas tus fuerzas, y de todo tu
dijo: Marta, Marta, cuidadosa
entendimiento;
ny
á tu prójimo nLv. 19. 1S. estás, y con las muchas cosas es-
como á ti mismo.
tás turbada:
28
Y díjole : Bien has respondido:
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Empero una cosa es necesaria;
haz esto, y vivirás.
y Maria escog¡ó la buena parte, la
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Mas él, queriéndose •justificar oco. 16.t5. cual no le será quitada.
á sí mismo, dijo á Jesús: ¿Y quién
CAPÍTULO
11
es
mí
prójimo?
30
Y respondiendo Jesús, dijo: pco.o. 12.
y
ACONTECIÓ que Pestando él
Un hombre descendía de Jerusa-
orando en un lugar, como
lem á Jericó, y cayó en
manos de
acabó, uno de sus discípulos le
ladrones, los cuales le despojaron ;
dijo: Señor, enséñanos á orar,
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