tiempo y de pronto rompió a reír y al hacerlo se le descosió el hocico mucho más
de la medida y quedó grande y rasgado de oreja a oreja. El huaychao, antes que
el
zorro se recuperara de la sorpresa, recogió su pico y echó a volar.
Desde allí. dice el cuento, se queda ron los zorros con la boca enorme en
cas~
tigo de su abuso de confianza.