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por sus artes,
y
lan leó
el
camino
J
vicio las islas. gente
J
riquezas dellas,
)' tor–
nando dió certidumbre de lodo
ú
Topa
Tnga.
El cual con esta certeza se determinó ir nllú. Y para esto hizo una numrrosí–
sima cantidad de balsas, en que cmb.lrcó más de veinte mil soldados escogidos. Y
llevó
con~igo
por cn pitancs á Guaman Achachi , Conde Yupangui. Quigual Topa
(estos eran llanancuzcos),
y:.
Yancan )[a)'ta. Quico Mayta. Cachimapaca Macus
Yupangui , Llimpita Usen Mayta (Hurineuzeos);
y
llevó por general de toda el
.armada
ú
su hrrmano Tilea
lupangui
y
dejó con los que quedaron en tierra
ú
Apo Yupangui.
'\avcgó Topa lnga
y
fué
y
descubrió las islas Avachumbi
y
~iíiachumbi
y
vol–
vió dr allú
1
de donde
Lrajo
gente negra
y
mucho oro )' una sil la de latón T un
pellejo
y
quijadas de caballo ; los cuales trofeos se guardaron en la fortaleza del
Cuzco hasta el tiempo de los J;spañoles. J;ste pellejo
y
quijada de caballo guar–
daba un inga princip;d , que hoy Yive
y
dió esta relación
y
al ratificarse los demás
se halló presen te
y
1\úmasc u;·co Guaranga. Hago instancia en esto. porqué
ú
los
que supieren algo d<' Indias les parecer:\ un caso cslrailo
~·
dificultoso de creer.
Tardó
en
este Yiaje Topa
J
nga Yupangui mósde nueve meses, otros dicen
un
alio,
~
como lardaba
tan
lo tiempo, todos
le
tenían por mucl'lo, mús por disimular
y
fingir c¡uc tenían nueras de Topa Inga, .\po Yupangui, su capitún de la gente de
tierra. hacía alegrías; aunque dcspucs le fueron glosadas al revés, diciendo que
nqnel las alegrías ernn de placer, porque no parecía Topn lnga Yupangui ; )' le
costó la Yida (').
No es fúcil identificar las islas a que arribó el Inca. Sabemos que , para
buscarlas, S:u·mienlo de Gamboa partió, en compaííía de Alvaro de Menda–
ira, en una gran expedición que debía terminar con el descubrimiento de
las islas Salomón. Era tan grande la cerLid11mbre de Sarmiento acerca de la
exislencia y posicion de aquellas islas, que creyó verlas al pasar por el lugar
en que habían sido seííaladas, y conservó un Yiolento rencor conira
~Ien
daíia, porque no
consinl.ioen detenerse(95,
9' ;
68,
3¡o-3¡2 ;
-116,
XXlll–
XX[V). En realidad, el navegante fné víctima de una ilusión, puesto que
las coordenadas
y
las distancias que da corresponden a una zona del Pací–
fico completamente desprovista de islas.
Para identificar
[Jalwaclwmbi
y
Niííaclwmbi,
J iménez de la Espada ha
buscado un indicio en la etimología de estos nombres que, evidentemente,
son
l~ichua.
Segim él,
chwnpi,
que tiene el sentido de "faja», hubiera po–
dido
lencrtnmbienel_scnticlo de u isla ))
1
aun
cuando
esta acepción no fi gura
e)
Lo~
otros croní$la" no dicen nada acerca de la expedición de Tupac Jnca )'upauqui .
Sin embargo, parece que Joan de Santacruz Pachacuti
lt;:~
recogido algun ceo de ella . En
efecto, Pachacuti , después tic rclala1· la visita dC'I Inca Pachacuti-Tnga-Yupangui, padre de
Tupac-Ynga-Yupangui, a la costa ecuatoriana
y
peruana. habla de un viaje de este príncipe
a una isla de los
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y
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Cu:co
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l> (
116.
2¡ 11-2¡5, 1
:Jg).
Esla <<ballena)) recuerda los despojos de anima–
le~
desconocidos que, según Ca\•cllo Balboa )' Sarmiento deGamhoa, Tupac Inca Yupangui
trajo de su cxpcdicióu marílima.