este modo, pudo burlarse graciosament·e de
gobernantes, políticos
y
figurantes de toda
laya, haciéndolos subir a tablas para que
se mostraran al pueblo en sus posturas con–
vencionales y en las de su vida real. Saa–
vedra Pérez fué un fecundo autor teatral,
mereciendo varias de sus obras el honor
de ser aplaudidas en diversos escenarios de
América.
Mambrú se fué a
la
guerra
y
San–
gre
y
gloria,
sus dos primeros dramas, mos–
traron de golpe su .técnica y su originalidad.
Con
El wolfram
aparece otra de sus face–
tas: la del crítico en el terreno de los pro–
blemas sociales.
En la Gloriosa
y
Las Cho–
litas del amigo, Uría
danzan los políticos
ignorantes y ambiciosos. Pero es
Melgarejo
su mejor aci·erto: drama histórico que con–
movió a todos los públicos del país y re–
presentado incontable número de veces. Se–
ría largo enumerar sus obras: se aproximan
a cuarenta. Y queda por agregar que Saa–
vedra Pérez fué d·estacado periodista, or–
ganizador de compañías nacionales de tea–
tro y, a ratos, un poco político. Periodista
y político siempre descontento y siempre
perseguido.
SAGÁRNAGA, MARíA MANUELA
(1768- 1857)
.Hermana del protomártir de la indepen–
d·encia doctor Juan Bautista Sagárnaga y
esposa de uno de los principales patriotas
de los años heroicos, el doctor José María
Valdez. Ella, también: patriota y- mártir.
Derrotados y dispersos los revolucionarios
de Julio, entre los presos cayeron Sagár–
naga y Valdez. La señora, que era muy ri–
ca, pagó una fuerte suma de dinero por el
rescate de ambos. Pero, pese a todo, Go–
yeneche ordenó el ahorcamiento del prime–
ro. Y algo más: la ilustre dama, acusada
de participar en la conjuración, fué conde–
nada a presenciar, juntamente con sus hi–
jos, el suplicio de su hermano. A partir de
entonces, con el espíritu retemplado por
el dolor, se entregó más ¡:¡.biertamente a la
propaganda revolucionaria. Las r·epresalias
se sucedieron. Fué perseguida, encarcelada,.
desterrada. Fueron confiscados sus bienes,
incluso los muebles. Ella lo soportó todo,
hasta que, al fin, pudo ver encenders·e la
aurora del día en que Bolivia vino al mun–
do: su más ansiado anhelo. Nació en La
Paz, el 15 de diciembre de 1768.
SALINAS VEGA, LUIS
. (1854-1917)
1
P eriodista, abogado, diplomático. Obtu–
vo su título profesional en Chile, donde
radicaba su familia. Era muy jov·en aún
cuando, desatada la guerra del Pacífico,
le cupo intervenir abogando por la amistad
con Chile. Es que previó que, por ese me–
dio, Bolivia tendría su salida al mar. Pero–
no fué comprendido. Los desastrosos resul–
tados de la guerra le dieron, empero, la
razón. Años después, fué incorporado en la
diplomacia, ramo en el que prestaría im–
portantes servicios al país, como ministro–
en Francia, en el Brasil, en Alemania, Aus–
tria e' Italia, en distintos períodos. Cuando–
ejercía funciones en París, le correspondió–
organizar el pabellón boliviano de la gran
Exposición Mundial de Industrias, con re–
sultados capaces de enorgullecer a nuestro·
país. Cuando se produjo la Revolución Fe–
deral, Salinas Vega tuvo activa participa-·
ción en ella. En 1902 fundó un gran dia–
rio,
El Comercio de Bolivia,
cuyas campa-–
ñas, sosteniendo doctrinas avanzadas para
aquella época, se hicieron inolvidables. El
último cargo que le cupo ejercer fué el de·
ministro de Educación.
SALINAS, BELISARIO •
(1833- 1893)
Desempeñó las más altas situaciones co-–
mo también sufrió las persecuciones más
cruentas, cual ha ocurrido con todos los .
grandes políticos de Bolivia. Estuvo a pi–
que de morir juntamente con Belzu cuando
éste, proclamado por el pu·eblo de La Paz.
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